Waacking: Baile que arrasa en redes y se posiciona en Venezuela como movimiento (Videos)

Imagen ilustrativa

 

Un baile callejero creado en clubes Lgbti+ de EEUU en los 70 llegó a Venezuela, para quedarse y ser un nuevo movimiento de expresión artística, el Waacking.

lapatilla.com | Katerín García





Exponentes de este género, oriundos de diferentes localidades de Venezuela, nos ofrecieron, en exclusiva su experiencia sobre la movida Waacking en el país, la cual se consolidó luego de pasear por diferentes estilos de bailes.

Durante la entrevista logramos conocer que la “movida Waacking” se genera en Venezuela, desde hace más de 15 años, sin embargo fue en el 2013 que se logró concretar mediante competencias, que comprenden diferentes estilos musicales, las cuales se concentran en ritmos latinos, al menos en nuestro país, sin embargo, en los años 70 cuando se conoce por primera vez este género en las discotecas de los Ángeles en EEUU, su principal exponente armónico fue el estilo Disco Music en su subgénero Funk.

Por ejemplo:

 

 

Estos “Waacker” nos manifestaron escoger el estilo debido a su versatilidad en la escena y cada uno de ellos se adentra en un punto en el montaje del mismo, por ejemplo Anthony Mijares Aka”Pother” de Caracas dijo “Me considero un artista experimental y el Waacking fue uno de los primeros estilos de danza que tuve la oportunidad de incorporar en mi investigación prefiero aportar desde áreas igualmente importantes como: la producción”.

De igual forma Federico Herrera Aka “Fedx” del estado Carabobo apuntó “Para el mi el Waacking permite tener la máxima expresión corporal y libertad de movimientos. La conexión de alma cuerpo y ritmo se lleva a un alto nivel”.

Igualmente Ivan Machin de Caracas quien tiene más de 13 años estudiando el género nos dijo “Poco a poco fui estructurando información acerca del estilo y por no tener una idea clara de qué o para qué lo estaba ejecutado decidí darme tiempo para llamarme un Waacker de verdad”.

Resulta que este estilo se puede fusionar fácilmente con otros, ya que su terminación es contorsionar elegantemente el cuerpo dando un “toque” moderno y alegre, pero además es complementario con poses que finalizan la caída de cada prospecto en escena.

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por ??????? (@shalom_1812)

 

En qué ayuda el Waacking como persona

Noresky Manzano Aka “Madame Nore” y Hecmily Echeverría Aka “Shalom” ambas de Caracas, coincidieron en que el Waacking es una forma de aceptar y vivir.

“Shalom” nos dijo “Como estilo va más allá de ganar competencias, va encaminado al conocimiento al compartir con otras culturas”, mientras “Madame Nore” comentó “Este estilo tiene que ver más con la belleza interna que con la física, es aceptarte y respetarte tal cual como eres, es un estilo de mucha consciencia corporal”.

Testimonios que evidencian la integración de las fórmulas mentales y físicas para conseguir una plenitud personal a través de la danza.

“Puedes hablar con las poses, es un lenguaje” dijo “Madame Nore”.

 

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida por Leyda Rondón (@leejackrc)

 

Waacking venezolano ¿Proyecto en tablas internacionales?

Existe una posibilidad comentada por Leyda Rondón Aka “Leejack” del estado Yaracuy, quien comentó que se está impulsando una plataforma que tiene la visión de representar, enaltecer y proyectar todos los talentos y aportes a través de registros de la historia de esta movida en Venezuela, así como enlazar con otros países para complementar con intercambios culturales.

Asimismo, conocimos que gracias a la pandemia, la proyección a través de redes sociales en concursos y colaboraciones fluctuó de manera satisfactoria con países como Perú, Colombia, Chile, Ecuador, Argentina y España.

Y no solo el Covid-19 fue un impulso, pues la situación migratoria venezolana permitió que algunos exponentes nacionales se dieran a conocer en terrenos extranjeros dejando en alto el nombre Venezuela, ya que el sabor latino que caracteriza a este parte del continente dio ese “no sé qué” que marcó y seguirá marcando la diferencia.