José Ignacio Moreno León: En Davos “El Gran Reinicio” ignora la libertad y la democracia

José Ignacio Moreno León: En Davos “El Gran Reinicio” ignora la libertad y la democracia

Estudiosos del tema señalan que en la actualidad sólo cuatro países en el mundo no se definen como democracias, ellos son China, Corea del Norte, Cuba y Arabia Saudita. Y en muchos de los otros están ausentes los cuatro requisitos básicos de una genuina democracia, como son las elecciones libres y transparentes, activa participación ciudadana en la actividad política, protección de los derechos humanos y Estado de derecho.

Desde sus orígenes la democracia ha sufrido muchos reveses. Así, la primera democracia surgida en Atenas, ciudad-Estado de la antigua Grecia, apenas se mantuvo del siglo V a de C hasta el siglo IV a de C  y, según Jenofontes, discípulo de Sócrates, el sistema colapsó porque quienes tenían el poder no eran los mejores y más instruidos, sino los más estupidos e ignorantes. Inclusive ya casi al final de ese período de menos de dos siglos el poeta griego Pindaro señalaba que la ceguera popular era la causante  del deterioro de esa primera democracia, indicando que “cuando mayor es la muchedumbre más ciego es su corazón”. Así el siglo IV  antes de Cristo no había concluido cuando la incipiente democracia ateniense colapsó para no volver a surgir formalmente ese sistema político hasta que los padres fundadores de los Estados Unidos de America,    con  la influencia de los filósofos de la ilustración como Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) y John Locke (1632-1704),  decidieron que el nuevo país sería una democracia republicana o representativa. Fue así como Thomas Jefferson incorporó conceptos democráticos específicos en la declaración de la independencia de ese país (1776), los cuales fueron integrados a la constitución ratificada en 1789, con la que Estados Unidos proclamó una democracia constitucional con un sistema federal.

En todo, caso la educación en la ciudadanía y la promoción de la virtud política en los jóvenes siempre fue considerada para asegurar la sana gobernabilidad. Así fue planteada desde Platón hasta Cicerón y desde Maquiavelo hasta Russeau. Y con el surgimiento de la democracia moderna en los Estados Unidos sus próceres como James Madison -tal y como referimos en artículo anterior-, resaltaban el poder  del conocimiento (educación) para asegurar la efectiva participación popular en el ejercicio democrático.





Desde sus orígenes y especialmente en los tiempos modernos la democracia se ha enfrentado a notables dificultades a nivel mundial, las cuales se han hecho más evidentes desde la crisis financiera de 2008. Y en este siglo XXI de grandes cambios y nuevas realidades que se están configurando, ahora exponenciadas como secuelas de la pandemia sanitaria producida por el COVID-1, la democracia se encuentra acosada por la crisis de liderazgo, el populismo, la corrupción y el déficit de valores y de capital social como factores negativos que amenazan con el declive y colapso global de ese sistema que, como señalaba Winston Churchill, es el menos malo de los sistemas políticos.

Por lo anterior luce muy preocupante que se ignore la referencia a la democracia y a los valores de la libertad en el extenso documento que con en título de El gran reseteo ,  ha sido sometido a consideración del reciente foro económico de DAVOS  y elaborado por  Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo de ese foro, conjuntamente con Thierry Mallorett, cofundador del Monthly Barometer. Cabe destacar que ese documento pretende ser un manifiesto de análisis y propuestas para configurar un nuevo sistema económico definido como Capitalismo Inclusivo, con activa participación del Estado y el gobierno de turno, muy similar al que actualmente aplica el partido comunista Chino en ese país. Por eso en la versión virtual del foro, realizada entre el 25 y 29 del pasado mes de enero -la reunión presencial se realizará en Mayo en Singapur-  el invitado de honor para inaugurar el evento en el cual participaron virtualmente más de 1500 asistentes representantes del liderazgo mundial, fue  Xi  Jinping presidente de China, país en donde se originó el COVID-19.

Las palabras del caudillo Chino tuvieron un sesgo triunfalista afirmando que el gigante asiático -a pesar de la pandemia- es la única economía mundial actualmente en crecimiento y en camino hacia un socialismo moderno que tendrá un papel más activo para fomentar la globalización económica y el multilateralismo. Señaló igualmente que el gigante asiático está emprendiendo el camino hacia un país socialista moderno y pretende desempeñar un papel más activo para fomentar la globalización económica y el multilateralismo, afirmando que “la agenda a seguir es un nuevo gobierno mundial en el que China tendrá un gran peso”. Obviamente en ese imperativo y arrogante mensaje estuvo ausente la referencia a la democracia y la libertad que son valores inexistentes en China con un autoritario régimen de partido único, en el que no se permite sindicatos y se aplica una férrea reprensión y hasta pena de muerte a los opositores al gobierno.

La otra personalidad relevante que fue expositor en ese encuentro virtual fue el presidente ruso Vladimir Putin quien alertó sobre los riesgos de un conflicto de todos contra todos, en medio de las tensiones causadas por la pandemia y alertó sobre la profundización de las desigualdades económicas similar a lo ocurrido en la década de 1930 que, en gran medida ocasionó la Segunda Guerra Mundial. Llamó a Europa a sellar alianzas con Rusia y alertó sobre los peligros del populismo y de los movimientos extremistas que en el siglo XX produjeron dos guerras mundiales. Putin fue igualmente crítico de los gigantes tecnológicos que están compitiendo con los gobiernos en intentos por gobernar unilateralmente a la sociedad, reemplazando instituciones democráticas legítimas y restringiendo el derecho personal a decidir por uno mismo cómo vivir, que escoger y que expresar libremente. Curiosamente este planteamiento surge del gobernante de un país donde se restringe cualquier intento de actividad política diferente a la del régimen, tal y como sucedió recientemente con Alexei Navalny quien pudo salvarse milagrosamente de un intento de envenenamiento y ha sido condenado a tres años de prision. 

Conviene resaltar que durante las cinco décadas de existencia del Foro Económico de DAVOS, su presidente y demás promotores del mismo han pretendido dictar las pautas que deben regir la evolución económica y el comportamiento de la sociedad mundial, objetivos ahora más marcados con la excusa de que “los ciudadanos ya están preparados para enfrentar los retos que está confrontando la sociedad global”, por ello formulan la tesis de el gran reseteo o gran reinicio y la pretensión de implantar un nuevo modelo económico y de desarrollo global que incluye profundos cambios desde los contratos sociales, las condiciones laborales, el sistema educativo y un modelo de gobernabilidad sustentado en un proyecto colectivista que ignora la libertad y los fundamentos democráticos. 

No hay dudas que la supervivencia de la democracia y la libertad confronta un grave riesgo con los cambios que se avisoran,  especialmente en países como el nuestro en donde no sólo la crisis de liderazgo y de ética política, sino igualmente  la fragilidad de las instituciones son evidentes, sino también es notoria la falta de educación y de cultura cívica que son caldo de cultivo del populismo y el autoritarismo. Por ello en estos tiempos criticos que demandan grandes cambios, es oportuno recordar el histórico mensaje del ilustre líder e insigne ciudadano y poeta que fue Andres Eloy Blanco,  cuando en febrero de 1936, a tres años de su salida de las lúgubres  prisiones de la dictadura gomecista y en ocasión de lanzar al mar las 15 toneladas de grilletes con los que se sujetaban a los prisioneros políticos de esas cárceles, exclamaba “Hemos echado al mar los grillos de los pies. Ahora vayamos a la escuela a quitarle a nuestro pueblo los grillos de la cabeza, porque la ignorancia es el camino de la tiranía…Maldito sea el hombre que intente fabricarla de nuevo y poner una argolla de hierro en la carne de un hijo de Venezuela”.