Fake News: Finlandia tiene la fórmula en contra

Fake News: Finlandia tiene la fórmula en contra

 

En el S.XIII AC, el Faraón Ramsés III difundió mentiras y propaganda presentando la Batalla de Kadesh como una victoria extraordinaria para los egipcios, cuándo en la realidad no hubo vencedor. Eso era “fake news” y ahora en nuestro S.XXI se ha generalizado el impacto de los “fake news” y el uso de dicha expresión.





Especial de Laszlo Beke

La creciente apertura, acceso y prevalencia de Internet ha impulsado su crecimiento. Información e historias nuevas son publicadas constantemente y a una tasa mayor que nunca, frecuentemente ausentes de verificación, las cuales pueden ser consumidas por cualquiera con una conexión a Internet. Finlandia, por una necesidad de defensa nacional, ha desarrollado un enfoque integral para enfrentar los “fake news” que otros países están viendo como el ejemplo para ganar la guerra de la desinformación.

Existen varios tipos de Fake News y pueden incluir: conexiones falsas, contexto falso y contenido engañoso, impostor, fabricado o manipulado. Generalmente es recogido por docenas de otros blogs, retransmitido por centenares de portales, publicado en miles de cuentas de redes sociales y leído por cientos de miles de personas. El término “fake news” ha aumentado su importancia dentro del contexto electoral en Europa Occidental y Norte América, ya que es un mecanismo que usan regímenes totalitarios para crear confusión y desconfianza y así resquebrajar las democracias. También forman parte de un negocio para empresas dedicadas a “fake news”. Como ejemplo, Disinfomedia empleaba 20 a 25 escritores y generaba de US$10.000-US$30.000 mensuales en ingresos por publicidad.

Finlandia y Fake News

Finlandia ha tenido que enfrentar campañas de propaganda apoyadas por el Kremlin desde que declaró su independencia hace 101 años. El año 2014, después que Moscú se anexó a Crimea, quedó en evidencia que el campo de batalla se había trasladado: la guerra de la información se había movido a Internet. Ese mismo año el gobierno finlandés lanzó su iniciativa anti-Fake news, dos años antes que Rusia interviniera en las elecciones estadounidenses, enfocada a educadores, estudiantes, periodistas y políticos para contrarrestar la información falsa diseñada para sembrar división. Dicha iniciativa es solo una de las capas de un enfoque multinivel y a través de diferentes sectores para preparar a los ciudadanos de todas las edades para el complejo paisaje digital hoy y en el futuro.

Cuando la campaña de troleo (ofensas) aumentó el año 2.015, el Presidente finlandés le pidió a cada ciudadano que asumiera responsabilidad en la lucha contra la información falsa. Ese año, Finlandia contrató expertos estadounidenses en el reconocimiento de fake news, para entender como se viraliza y desarrollar estrategias para contrarrestarlas. También se le concedió un reconocimiento a Faktabaari (FactBar), un servicio periodístico apartidista que usa medios sociales para recolectar y distribuir información comprobada, por la labor de traer precisión en la comprobación de hechos, especialmente en debates públicos.

Educación

Para Finlandia, los fake news no son exclusivamente un problema del gobierno, apuntan a toda la sociedad. El sistema educativo fue reformado en 2006 para enfatizar el pensamiento crítico y la primera línea de defensa es el maestro de preescolar. Se priorizan las habilidades que requieren los estudiantes para identificar el tipo de desinformación que ha arrojado sombras sobre campañas electorales recientes en Estados Unidos y Europa. A Faktabaari se le contrató para desarrollar una “caja de herramientas” en alfabetización digital para estudiantes de primaria y secundaria para sus estudios sobre elecciones en la Unión Europea.

Cómo ejemplo, en un grupo de estudiantes de bachillerato, se conforman varios equipos, usando laptops y teléfonos inteligentes para investigar tópicos seleccionados. La idea es inspirarlos para que se conviertan en detectives digitales, una especie de versión de Sherlock Holmes para la generación post-Millenial. Los ejercicios incluyen confirmar afirmaciones en videos de YouTube y publicaciones en medios sociales, comparar el sesgo de los medios en diferentes artículos, explorar como la desinformación hace presa de las emociones del lector e incluso pidiéndole a los estudiantes que traten de escribir historias de fake news. Es un complejo acto de balanceo, tratando que el escepticismo no se convierta en cinismo en los estudiantes.

Otros componentes de la lucha

Para Finlandia, Facebook, Twitter y Google/YouTube son facilitadores de las campañas de desinformación rusas. Por ello, adicionalmente al trabajo educativo que Finlandia está realizando es necesario buscar la forma de limitar la posibilidad del uso de esas plataformas para desinformación y ello agrega una voz más a la necesidad de establecer algún de tipo de regulación.

A esto hay que agregar el abuso que se ha dirigido a quienes combaten los Fake News. Específicamente, una periodista sufrió una campaña de desprestigio que incluyó acusaciones de ser una operadora de la CIA, asistente secreto de OTAN, traficante de drogas y de sufrir de una trastorno de rusofobia. Frente a esta situación, el año pasado el Tribunal Distrital de Helsinki dictaminó sentencias severas por difamación a dos activistas pro-Putin. Se trata de la primera ocasión en la cual un país de la Unión Europea ha condenado a responsables de campañas de desinformación, estableciendo una línea clara entre libertad de expresión y la incitación al odio.

Las autoridades han identificado campañas de desinformación para elecciones en Cataluña, Francia y Alemania. Alemania ya creó una ley para multar a plataformas tecnológica que no remuevan lenguaje del odio “obviamente ilegal” y Francia emitió otra ley para prohibir Fake News durante campañas electorales.


Se hace referencia a Finland is winning the war on fake news. What it’s learned may be crucial to Western democracy  y Fake newsTambién aparece en mi Portal http://laszlobeke.com/fake-news-finlandia-la-formula/.