En Yaracuy la crisis a llevado a familias a pedir en las calles para poder comer

 

La crisis económica, política y social existente en nuestro país, ha llevado a hombres, mujeres y niños a deambular por las calles de la entidad Yaracuyana en búsqueda de comida, dinero, inclusive de leña para cocinar.





Por Ricardo Tarazona / quepasaenvenezuela.org

Es una realidad que ha tocado a múltiples familias, quienes ante la falta de un empleo, servicios públicos de calidad o ayuda gubernamental han caído al nivel de la indigencia.

Al realizar un recorrido por las distintas comunidades del Municipio San Felipe e Independencia, observamos a varias personas hurgar dentro de la basura para poder comer “Entristece ver como cada día crece el número de personas que buscan algo de comida entre las bolsas de basura, con la esperanza de conseguir algo para alimentarse” dijo Sofía Inojosa, quien con frecuencia transita por las calles de la capital sanfelipeña.

En cualquier parte de la ciudad, sobre todo en aquellos puntos cercanos a ventas de comida, es común ver a una persona esperando si algún usuario está dispuesto a compartir sus sobras “Siempre que compro una bolsa de pan para cenar en familia, debo meterla en la cartera inmediatamente, porque si la llevo visible los panes se me van en la gente, suena cruel, pero a veces no tengo para ayudar, la última vez compré 10 panes y llegué con 4 panes a la casa” expresó María Elena Martínez.

A esto se suma, la carencia de gas doméstico en todos los niveles de convivencia, desde comunidades rurales hasta urbanas sufren la escasez, ya es costumbre ver a niños cargando un haz de leña para cocinar, algunos se han dedicado a venderla o cambiarla por comida “Aquí la gente se cansó de esperar por los políticos, preparamos el fogón y nos olvidamos de las bombonas, ya son 8 meses sin gas, es maldad seguir esperando, este gobierno nos trajo atraso y sufrimiento” expresó con cierta nostalgia un ciudadano que pidió no ser identificado.

Mientras tanto, la vida de muchos sigue adelante, entre utopías y campañas electorales, sin percatarse de la realidad de muchos, quienes tan solo esperan en Dios para sobrevivir un día más.