Hotel Cecil: El testimonio de un huésped que salió horrorizado

Foto: Netflix

 

Los lugares malditos existen. La realidad a menudo supera a la ficción como demuestra la serie documental ‘Escena del crimen: Desaparición en el Hotel Cecil’ de Netflix. La historia de este alojamiento, situado en Los Ángeles, está cargada de sucesos extraños, asesinatos y de casos sin resolver como el fallecimiento de Elisa Lam, hilo conductor de la trama. Este asunto todavía tiene a una comunidad de investigadores cibernéticos en jaque, pues nunca se llegó a descubrir cómo murió esta joven que protagonizó los informativos de medio mundo en 2013. Ese mismo año, pocos meses después de que la chica asiática fuera encontrada sin vida en uno de los tanques de agua del tejado, Tomás Martínez, periodista especializado en videojuegos, se alojó allí junto a un grupo de compañeros de profesión.

Por Cosmopolitan





En aquellas fechas se celebraba el E3, la convención más grande de videojuegos del mundo, y necesitaban un lugar cercano para poder descansar y trabajar. Cuando hicieron la reserva en el Hotel Cecil, que recientemente había cambiado su nombre por el de Stay on Main, no tenían ni idea de su pasado oscuro. De hecho, hasta que el protagonista de este relato no vio en la plataforma el documental no fue consciente de que había pasado unas horas alojado allí. Sí, su estancia fue breve después de descubrir la realidad de este sombrío edificio Su testimonio pondría la piel de gallina a cualquiera…

“Lo elegimos por su ubicación cercana al Convention Center y aunque estuviera situado en el Downtown, un sitio peligroso, no nos importó. Sin embargo, jamás imaginamos lo que íbamos a vivir allí. Cuando comencé a ver ‘Hotel Cecil’ en Netflix no lo reconocí hasta que explicaron que le habían cambiado el nombre”, asegura Tomás, impactado por lo descubierto en pantalla.

Antes de llegar a Los Ángeles habían echado un vistazo en varias páginas donde las opiniones decían que era un ‘hostel’ con ambiente joven y, por eso, todo les pareció normal hasta que se plantaron en la recepción: “Primero nos dijeron que compartiríamos habitaciones, algo que no nos convenció. Pensamos en pasar la noche e irnos”. Esa idea cobró más fuerza cuando descubrieron lo que se escondía en las plantas superiores: “Al subir nos encontramos con unos pasillos demoníacos. Cuando entramos en la habitación lo primero que vimos fue un pentagrama invertido en la pared y una esvástica y un 666 hecho con un cuchillo en la tapa del retrete”. Aquí tenemos la prueba.

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