España se acerca al riesgo de una crisis financiera

España se acerca al riesgo de una crisis financiera

El coronavirus destruyó más de 620 mil empleos en España

 

El pasivo total español, sobre el 258% del PIB, cerca del nivel de 2008. Freemarket cree que será imposible corregir el desajuste con crecimiento. Los analistas apuestan por una estrategia de recorte del gasto público

Por Ignacio Faes para El Economista (España)





“Existe el peligro de que se produzca una crisis de deuda a escala internacional con efectos devastadores sobre la economía”. Así de contundentes se muestran los analistas de Freemarket en su último informe, que destaca la escalada de la deuda, tanto pública como privada, en España y en el resto del mundo tras la llegada de la crisis del coronavirus.

El incremento de la deuda global se sitúa ya en el el 365% del PIB, niveles superiores a los existentes al comenzar la Gran Recesión en 2007. Ese porcentaje se distribuye en Gobiernos y empresas no financieras -que deben alrededor del 100% cada uno- y los bancos -que absorben el 90% y el 75% que corresponde a la deuda de las familias-. De esta forma, la incertidumbre sobre la capacidad de la economía mundial para desapalancarse sin implicaciones adversas sobre la actividad es muy alta.

En España, la deuda pública se disparó en 122.439 millones en 2020 y alcanzó el 117,1% del PIB, máximos de 118 años. Solo ese aumento de la deuda equivale a más de dos veces la economía entera de Bulgaria o Croacia. La crisis económica generada por la pandemia del Covid-19 afectó de forma evidente en las finanzas públicas españolas, generando un desequilibrio que dejará un déficit público histórico y una deuda pública que no se veía desde 1902. Si se suma la deuda privada, la deuda total de la economía ronda el 258% del PIB. Según el Banco de España, en 2008 el endeudamiento total ascendió al 263,7% del PIB, 2.887 mil millones de euros.

 

Difícil de corregir

A juicio de los especialistas de Freemarket, la corrección de estos niveles de deuda no se producirá vía crecimiento, ya que el nivel que ha alcanzado lastra cualquier recuperación. De esta forma, los expertos recogen tres opciones para revertir la situación.

Por un lado, apelan a la generación de superávit primarios a través de una estrategia de recorte del gasto público y de reformas estructurales que impulsen la oferta productiva. Esta es la medida más “sensata” que considera Freemarket.

Por otra parte, está la dilución de la deuda mediante una tasa de inflación. A su juicio, esta situación tendría consecuencias “muy lesivas” sobre la economía. Como tercera vía, los analistas recogen la condonación de una parte de la deuda. “Supondría una pérdida de confianza y de credibilidad entre los inversores-acreedores salvo, que esta fórmula fuese pactada y se viese acompañada de planes de estabilización presupuestaria y de reformas que garantizasen que esa situación no volvería a repetirse”, apunta el informe.

La pandemia ha desbocado el riesgo financiero, un problema estructural de la economía española

La pandemia ha disparado el riesgo financiero, un problema estructural de la economía española. La deuda pública, que era del 95,5% del PIB en una economía en expansión, se disparó en 2020 y a los analistas les sugiere un perfil alcista en el corto plazo. En paralelo, el riesgo derivado de los bonos corporativos ligados a los sectores más castigados por la crisis -turismo y hostelería-, con dudosas expectativas de recuperación y con cobertura estatal crean una peligrosa ligazón entre una posición financiera del Estado muy deteriorada con la igualmente deteriorada de las ramas de actividad que sufren más la crisis. La relación entre deuda estatal y deuda corporativa aumenta la vulnerabilidad de la deuda española a cualquier shock imprevisto.

Por su parte, el proceso de reducción de la deuda privada había sido intenso en los últimos años, pero el pasivo seguía siendo elevado en 2019 y había dejado de disminuir en los hogares ante la positiva evolución del empleo y los bajos tipos de interés. De acuerdo con los últimos datos disponibles, del tercer trimestre de 2020, este desequilibrio habría crecido a causa tanto del mayor aumento de la deuda como al descenso del PIB con una variante respecto al escenario anterior: la deuda corporativa crece y la familiar desciende.

“Esto sugiere que las compañías y las familias tendrán poderosos incentivos para reiniciar el proceso de desapalancamiento y así rebajar su vulnerabilidad en un contexto como el actual y de perspectivas inciertas“, concluye el informe de Freemarket. Aunque el ahorro privado ha crecido durante la primera ola de la pandemia, lo que haría esperar un repunte del consumo privado en 2021, esto no será fácil. El gasto de los hogares depende de una serie de variables: el binomio empleo y paro, la deuda de los hogares, su renta disponible, su riqueza financiera e inmobiliaria y las expectativas. “A diferencia de lo acaecido en la Gran Recesión, de la que comenzó a salirse tras cinco años de recesión, con una reducción notable del endeudamiento de las corporaciones y de las familias y con unas perspectivas de crecimiento claras, la posición estructural y cíclica de la economía española es ahora totalmente diferente”, apunta.

La deuda exterior neta de España era alta antes de la crisis a pesar del fuerte crecimiento del PIB nominal durante la última fase expansiva y de la persistente generación de superávits en la balanza de pagos por cuenta corriente. Sin embargo, ha empeorado de acuerdo con la postrera información disponible, al pasar del 77,3% del PIB del segundo trimestre de 2020 al 79 % del PIB en el tercero. El cambio de panorama económico aumenta los riesgos procedentes de ese desequilibrio ya que la mayor parte de los vencimientos son a un año y, alrededor de la mitad, está en manos de inversores extranjeros.

Freno a la inversión

“Con un descenso de la facturación y delos beneficios de las compañías, con una destrucción de tejido empresarial que no ha terminado, con una subida del endeudamiento corporativo, con las alzas de impuestos, con la inseguridad generada por la política económica gubernamental etc. no cabe esperar una reactivación significativa de la inversión privada, aunque la pandemia remita, la vacunación alcance a un amplio porcentaje de la ciudadanía y los tipos de interés permanezcan muy bajos”, apunta el informe. En este contexto, la propensión de las compañías a reducir sus niveles de deuda será elevada y, por tanto, la inversión no tendrá un crecimiento importante.

Las previsiones para 2021

Freemarket contempla dos escenarios en sus previsiones de crecimiento. En el primero, apunta que el crecimiento de la economía española será de un 5,5% en 2021. En el segundo, se quedará en un 3,5%.

Según la consultora, la economía española crecerá en 2021 por debajo de las previsiones realizadas por el consenso y de las realizadas por la mayoría de los organismos internacionales.

Después de una contracción de la economía como la registrada en 2020 es inevitable que ésta repunte en este ejercicio, pero eso no se traduce necesariamente en una reactivación rápida e intensa. Por lo que se refiere al año en curso, la consultora cree que el crecimiento del primer Trimestre -que será negativo- condicionará de manera decisiva el cierre de 2021. El informe proyecciones para 2022. “Consideramos que el clima de incertidumbre es muy elevado y resulta poco prudente”, concluye.