Exportaciones de armas se estabilizan en el mundo, por primera vez este siglo

Exportaciones de armas se estabilizan en el mundo, por primera vez este siglo

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El comercio internacional de armas se estabilizó en los cinco últimos años, por primera vez desde que empezó el siglo, debido sobre todo a que numerosos países importadores empezaron a fabricarlas, según un informe del instituto SIPRI publicado el lunes.

En el mundo, el volumen de las exportaciones de armas permaneció estable entre 2016 y 2020 respecto al periodo 2011-2015, indicó el Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz (SIPRI), radicado en Estocolmo, que estudia los datos en lapsos de cinco años.





La tendencia se inscribe en un contexto de aumento del gasto militar: en 2020, este alcanzó los 1,83 billones de dólares, es decir, un 3,9% más que en 2019, sobre todo por el refuerzo de las capacidades de la marina china, según el informe anual del instituto británico IISS.

Aunque las exportaciones sigan a su nivel más alto desde el fin de la Guerra Fría, es la primera vez desde 2001-2005 que no han aumentado.

En los últimos cinco años, tres de los cinco mayores exportadores mundiales -Estados Unidos, Francia y Alemania- incrementaron sus exportaciones, pero esos aumentos se vieron compensados por la bajada registrada en los otros dos grandes exportadores, Rusia y China.

El mercado continuó dominado por Estados Unidos, que representa el 37% de la parte del mercado (+5 puntos respecto a 2011-2015), por delante de Rusia, que registró una bajada del 22% en 2016-2020 respecto al periodo anterior, principalmente por una disminución de sus exportaciones a India.

En los últimos cinco años, el mercado francés de armamento, tercero en la clasificación mundial de países exportadores, representó un 8,2% de las exportaciones totales en todo el mundo. En 2016-2020, sus exportaciones de armas aumentaron un 44%.

– Crece la demanda en Oriente Medio –
En cuanto a las importaciones, Oriente Medio registró un notable aumento del 25% en el periodo 2016-2020.

Arabia Saudita se convirtió en el primer importador mundial de armas, con un 11% de las importaciones de armas mundiales recibidas, el 79% de las cuales, procedentes de Estados Unidos.

En ese periodo, el país reforzó sus capacidades aéreas comprando 91 aviones de combate estadounidenses.

Por su parte, India, otrora el mayor importador mundial de armas, redujo sus importaciones un 33%, “principalmente por la complejidad de sus procesos de compra, combinada con un intento de reducir su dependencia de las armas rusas”, indicaron los autores del informe.

Sin embargo, según Siemon Wezeman, investigador en el SIPRI, el descenso en las importaciones de armas de un país no quiere decir necesariamente que su interés en el sector haya disminuido.

En algunos casos, se trata de una mera cuestión de restricciones presupuestarias o de un efecto cíclico relacionado con la renovación reciente de un arsenal militar nacional, apuntó el experto.

Pero la producción local de armas, una tendencia observada en los últimos años en varios países importadores, también explica que haya habido menos transacciones en el sector.

“La demanda de importaciones de armas disminuye, pues son capaces de producir más por sí mismos”, señaló Wezeman.

Y pese a que en 2020 un buen número de sectores industriales se vieron afectados por las consecuencias de la pandemia de covid-19, la industria armamentística, sin embargo, salió bastante bien parada.

“Se podría pensar que los efectos, y sobre todo los efectos económicos derivados [de la pandemia] fueron muy importantes, pero no es eso lo que vimos”, explicó el investigador, que matizó, no obstante, que todavía es muy pronto para medir el impacto real del coronavirus en el sector.

A largo plazo, Siemon Wezeman espera que los países revalúen sus presupuestos y que el gasto militar quizá se vea afectado por la obligación de sufragar otras necesidades.

“Pero, por otro lado, deberán encontrar un equilibrio con su visión de las amenazas y las tensiones”, subrayó.

Según él, en numerosas regiones, como Europa, existe “un sentimiento muy claro de que el mundo no es un lugar seguro”.

AFP