Julio Castellanos: Independencia no pide Monumentos

Julio Castellanos: Independencia no pide Monumentos

La parroquia Independencia del municipio Libertador (Carabobo) está viviendo las consecuencias de tener un gobierno más interesado en el pasado que en el presente. En este instante, se están invirtiendo muchos recursos, muchos dólares imperialistas, para “remozar” el “Altar de la Patria”, el monumento de Campo Carabobo, se está rodando una película – documental, se prepara una batería de material audiovisual para festejar el bicentenario por todo lo alto. En honor a quienes dieron la vida por la libertad y la independencia. Uff… casi se me sale una patriótica lágrima escribiendo este párrafo pero tanta emotividad se me pasa al ver olvidados a los ciudadanos del presente, los del 2021, que están perdiendo la batalla contra la crisis humanitaria compleja.

No soy un fan de la música de Alí Primera, de marxista tengo poco, pero hay un extracto de una de sus canciones que bien podrían recordar los oficialistas: “¡la patria es el hombre muchacho! / ¡la patria es el hombre!”. Ciertamente, el bienestar de los ciudadanos debe ser el norte de cualquier patriota, pero no, el régimen militar considera que resolver el gravísimo problema de transporte que sufren los vecinos de Campo Carabobo no es tan urgente como atender el mármol y el bronce de las estatuas en honor a Bolívar y Páez. En esa parroquia hay un Centro de Diagnóstico Integral y un Ambulatorio dependiente de Insalud que están cayéndose por falta de mantenimiento y con poco personal a disposición, en medio de una pandemia, pero nada que le hacen un cariñito. Es más importante darle honores a los muertos de una batalla ocurrida hace 200 años que evitar la muerte de ciudadanos el día de hoy.

En esa misma parroquia se encuentra el embalse Pao – Cachinche, los millones gastados en el monumento podrían ser útiles para sanearlo y surtirían de agua potable a buena parte de Carabobo. Esa misma agua serviría para lavarse las manos y evitar el contagio de coronavirus, pero claro, según Nicolás Maduro y los dos hermanos sucesores en su cargo, Jorge y Delcy Rodríguez, lo importante es que la gesta independentista sea celebrada por los sedientos carabobeños del presente. Ya lo dijo su gigante “no importa que andemos desnudos, no importa que no tengamos que comer, aquí lo que importa es la Revolución” y ese es el legado.





La zona rural, parte de la misma parroquia, es decir, las poblaciones de La Dominga, Cortadora, Pirapira, El Tigre, La Arenosa, Piñalito, Perro Seco, Charco Largo y Barrerita, tienen a la población más desasistida del Estado. Sus habitantes no tienen señal telefónica (en tiempos de educación a distancia y teletrabajo), la vialidad está a punto de colapso, no cuentan con atención sanitaria primaria y en caso de una emergencia, pues, el transporte que tienen son cinco busetas operativas hasta las 2 de la tarde, ¿alguien puede creer que entre los vecinos de esas comunidades haya alguna persona que crea que la prioridad es invertir millones en un monumento?.

Es claro que la primera responsabilidad en este desatino de priorizar el pasado frente al presente es de Nicolás Maduro pero no podemos dejar de señalar que tenemos un gobernador, Rafael Lacava, y un alcalde, Juan Perozo, que en vez de criticar, aplauden la gracia. En vez de ponerse al lado de los vecinos pidiendo respuestas a la gente, dicen que lo que hace su “comandante presidente” está chévere, lindo y bello. Pero fíjense, amigos lectores, de estar vivo Simón Bolívar, considerando que para su época se practicaba el fusilamiento a los criminales, ¿qué creen que habría decidido El Libertador? ¿Darles un premio?

Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica