Engelbert Rivero: Hasta siempre Papá, hasta siempre compañero

Engelbert Rivero: Hasta siempre Papá, hasta siempre compañero

Felix Rivero

 

El pasado miércoles 11 de Marzo, Félix Rivero, mi papá, falleció. A diferencia de los muchos vecinos del eje oriental de Carabobo y compañeros del partido Acción Democrática en el que labró tantos afectos, yo pude conocerlo en su rol de padre. Mi admiración por él, por tanto, es doble. Recibió una despedida muy emocionante en San Joaquín, su pueblo, su gente y sus amigos me hicieron sentir el corazón enternecido por tanto afecto a un hombre que siempre consideré bastante modesto. Mi papá y compañero logró ejercer ambos roles con pasión, entre muchas acciones se le recuerda mucho por lograr la construcción del Liceo Enrique Delgado Palacios en Guacara que terminó siendo donde mis hermanos y yo estudiamos, es decir, luchaba por su pueblo con sentido paternal. Es muy difícil separar al adeco del padre, si el partido luchaba por universalizar el acceso a la educación universitaria, en casa, nuestro padre nos impulsó a que todos sus hijos fuésemos profesionales, siempre en el inclusivo y de alta calidad sistema de educación pública de los mejores 40 años que ha tenido Venezuela

Debo agradecer la presencia de las autoridades nacionales, seccionales y municipales del partido durante la capilla ardiente a mi papá efectuada en la casa de AD en San Joaquín y los emotivos mensajes que vía electrónica recibí de Henry Ramos Allup, Secretario General Nacional de AD, y del embajador de Venezuela en el Reino de España, Antonio Ecarri, ambos compañeros y amigos muy estrechos de mi papá. Aún hoy, pasado un mes, sigo respondiendo las condolencias recibidas por mensajes.





Esas amistades revelan, en parte, el rol que jugó mi papá en el activismo político del eje oriental. En su época, como dirigente político, enfrentó los retos que supuso respaldar la naciente democracia venezolana frente a sus enemigos históricos: la godarria conservadora aplaudidora del militarismo por un lado y, por otro, la guerrilla comunista. No lo hizo solo con palabras, sino con acciones.

La democracia triunfó políticamente, pero los adecos como mi papá sabían que el triunfo nunca sería completo sino se traducía también en el plano socioeconómico. Es entonces que Félix Rivero, ejerciendo distintos roles a los que llegó mediante la confianza de la gente materializada en votos, se esforzó por la creación de la Zona Industrial el Tigre, en congruencia con la intención de los gobiernos de la Democracia de convertir al eje oriental de Carabobo en un polo industrial regional. Fue responsable de concretar la evolución de las instituciones locales a su configuración actual de municipios autónomos y respaldó con audacia la necesidad de invertir en equipamiento urbano para que Guacara, San Joaquín y Diego Ibarra pudieran transformar su entorno rural al medio citadino contemporáneo.

Es impresionante que todo eso se hiciera bajo unos estrictos códigos de humildad, nuestra hemeroteca familiar tiene mucho material pero mi papá era ajeno a los reflectores y a la grandilocuencia, lo suyo era el trabajo. Hoy lo despido en sus dos roles: como mi papá, debiéndole todo lo que soy, mi formación y valores, queriéndolo siempre. Pero también lo despido, calurosamente a punta de aplausos como vecino del Eje Oriental, como compañero de partido, es decir, como luchador social incansable y comprometido. Hasta siempre Papá, hasta siempre Compañero.

Engelbert Rivero
@engelbertrivero