Luis Alberto Buttó: En otra fecha patria

Luis Alberto Buttó @luisbutto3

En Venezuela, con motivo de la celebración de las llamadas fechas patrias, especialmente las referidas al recordatorio de sucesos transcendentes como los ocurridos el 19 de abril de 1810 ó el 5 de julio de 1811, es práctica recurrente apelar a cierto discurso construido con base en comodines ideológicos prestos a invocar la consecución de supuestos fenómenos de “nueva independencia” o “verdadera independencia”.

Por supuesto, el acento en el uso de discursos de este tipo se observa en quienes, desfasados como están del derrotero y sentido seguidos por la historia en época de modernidad, y frente al estrepitoso fracaso alcanzado en el manejo que han hecho y hacen de la res pública, medido éste con cualesquiera indicadores de los que caben al respecto, no le queda más que buscar la propia justificación recurriendo al planteamiento de dicotomías absurdas que nada tienen que ver con las verdaderas preocupación y angustia existencial de la gente. Así las cosas, el hombre que se desespera al no saber cómo llevar el pan a la mesa para alimentar a su familia, en términos prácticos es brutalmente apartado de todo significado del vocablo independencia y se le obliga a alejarse del sentir patrio. De allí, la diáspora, por ejemplo.      

Por razones como las anteriormente expuestas, pese a la complejidad del asunto y al hecho mismo de que para muchos pueda lucir repetitivo y fastidioso traerlo a colación, es siempre necesario insistir en el debate que debe darse en torno a lo realizado y por realizar en el marco del continuo histórico. En este sentido, en especial para recordar dónde recaen las reales responsabilidades al respecto, no es ocioso tener en cuenta que un concepto como el de autonomía nacional, por ejemplo, tan asociado como está a la esencia de lo acontecido alrededor de la Plaza Mayor de la Caracas de entonces el 19 de abril hace ya 211 años, hoy día no encuentra asidero alguno en la realidad.





Dicho en otras palabras, difícilmente pueden permitirse ciertos círculos invocar, con la prosopopeya que los caracteriza, la idea de autonomía nacional cuando se constata que persiste en el país el fenómeno del subdesarrollo y que éste se encuentra muy lejos de ser superado porque, aunque suene descabellado referirse a políticas públicas en medio de la inoperancia que, como marca mayor, define a un gobierno apartado por completo de las necesidades del grueso de la población e indolente ante el clamor de los más necesitados,  aquéllas en modo alguno alcanzan algún grado razonable de eficiencia, eficacia y/o efectividad, y se limitan a arrastrar el sino del efectismo y a responder a la intencionalidad de la propaganda engañosa y ramplona.

Sin duda, en esta oportunidad, como en otras subsiguientes, aprovechando la circunstancia de la fecha patria, habrá referencia a los inexistentes logros de la revolución y al supuesto bienestar que ésta ha traído a la nación. Es decir, como siempre, habrá mucho de retórica, pero nada de verdad. Basta recordar que, ni siquiera, se ha podido garantizar que al abrir un grifo fluya agua potable. De allí en adelante, se hace interminable el listado de carencias por reclamar.

Hay quienes no deberían olvidar la relación que a veces se da entre silencio y decoro. 

@luisbutto3