A qué llaman los epidemiólogos la “ola de salida” y por qué recomiendan no relajarse

Chile, con una campaña de vacunación ejemplar en América Latina, lucha contra una segunda ola que obligaron al gobierno a implementar nuevos bloqueos. | Foto: EFE

 

“Ante la baja tasa de contagios de COVID-19, consecuencia del rápido y eficiente plan de vacunación, el riesgo de contraer el virus en áreas abiertas es muy limitado”. A esa conclusión llegaron los expertos israelíes y determinaron que el uso de mascarillas en espacios abiertos ya no es obligatorio en ese país, que continúa con su desescalada gradual de restricciones.

Por Infobae





En la misma línea, en el Reino Unido aseguran que están “en una especie de carrera a pie entre la vacunación y el virus”, y prevén una reapertura escalonada para los próximos meses.

En el medio, Chile, con una campaña de vacunación que es tomada como modelo a seguir en América Latina, lucha contra una oleada de nuevas infecciones que obligó al gobierno del presidente Sebastián Piñera a implementar un nuevo bloqueo, cerrar las fronteras y posponer las elecciones que estaban programadas para este mes.

Y en los EEUU, otro de los países que avanza con cifras récord de vacunación y apuesta por el regreso a la normalidad los riesgos por el aumento de nuevos casos persisten, incluso después de inocular a una parte significativa de su población.

Según los epidemiólogos, el riesgo de lo que ellos llaman “ola de salida” es real y no es ni más ni menos que la posibilidad de nuevas infecciones a medida que los países bajan la guardia mientras aumentan las vacunas, ya que, se sabe, las vacunas no brindan una protección del 100% contra el COVID-19. Además, existen las nuevas variantes de coronavirus que pueden evadir la inmunidad conferida por la vacunación.

Para los especialistas, “aliviar las restricciones demasiado rápido puede llevar a que el virus aproveche su oportunidad”.

Aún así, incluso con una nueva ola de infecciones, los científicos son optimistas en cuanto a que una amplia cobertura de vacunación debería brindar una protección significativa contra enfermedades graves y la muerte. Los datos de los tres países muestran que los grupos en riesgo a los que se les dio prioridad para la vacunación están en su mayor parte libres de enfermedades.

Hasta ahora, Israel administró al menos una dosis de vacuna al 62% de su población, el Reino Unido al 48% de sus residentes y Chile al 40%, según los ministerios de salud y los datos recopilados por el proyecto Our World in Data de la Universidad de Oxford.

Estados Unidos, en tanto, aplicó una inyección o más al 39% de su población y los 27 miembros de la Unión Europea en conjunto vacunaron solo al 18% de los suyos, según publicó The Wall Street Journal.

Coinciden los expertos que Israel ofrece una lección sobre lo que sucede si la vacunación supera al virus: el país promediaba más de ocho mil nuevas infecciones por día en el pico de su última gran ola a mediados de enero, y los casos nuevos ahora están en unos pocos cientos. De hecho, algunos hospitales israelíes, incluido el más grande del país, el Centro Médico Sheba, comenzaron a cerrar sus salas de tratamiento de COVID-19.

Y si bien las escenas de restaurantes y bares llenos cuando la economía israelí reabrió en marzo y los estudiantes regresaron a las aulas generó preocupación por una posible nueva ola, en cambio, los casos continuaron disminuyendo, lo que sugiere que la inmunidad generalizada a la vacunación o una infección pasada está controlando la propagación del virus.

Eren Segal es biólogo computacional del Instituto Weizmann en el centro de Israel y aseguró que para el verano habrá una probabilidad aún menor de un resurgimiento, ya que se espera que el país haya vacunado a muchos de sus niños de 12 a 15 años para entonces, disminuyendo aún más el tamaño de la población susceptible. Un extenso programa de pruebas tiene como objetivo mantener el virus bajo control en los niños más pequeños. Los investigadores ahora dicen que no esperan más picos en las infecciones a menos que una variante resistente a la vacuna ingrese al país.

La campaña de vacunación de Chile es un ejemplo a seguir en la región, donde los países vecinos luchan por asegurarse vacunas mientras son golpeados por una segunda ola que no da tregua.

Sin embargo, los nuevos casos de coronavirus aumentaron por encima de los nueve mil por día este mes (el total diario más alto desde el inicio de la pandemia), lo que llevó a los hospitales al máximo de su capacidad, incluso con una afluencia de pacientes más jóvenes.

Los expertos en salud creen que el aumento de las infecciones destaca el riesgo de aliviar las restricciones sociales antes de que se haya inoculado a suficientes personas para evitar la propagación del virus, y la amenaza de variantes como P.1, identificadas por primera vez en Brasil.

Algunos epidemiólogos dicen que Chile se apresuró a celebrar su rápida vacunación. Y a medida que los funcionarios suavizaron las restricciones, la población bajó la guardia sobre medidas como el uso de máscaras, el lavado de manos y el distanciamiento social, creyendo que la pandemia pronto terminaría. “Dieron el mensaje equivocado; para la población en general, fue muy confuso”, consideró Claudia Cortés, experta en enfermedades infecciosas de la Universidad de Chile.

Un dato no menor es que el país trasandino basó su campaña de inmunización en gran medida en la vacuna Sinovac de China, que el gobierno de Chile dijo la semana pasada fue sólo un 16% efectiva para reducir el riesgo de infección después de una inyección y un 67% efectiva dos semanas después de la segunda dosis.

Así y todo, los funcionarios y los médicos dicen que las vacunas están comenzando a dar resultados, y que si bien los casos aumentan entre las personas menores de 60 años, las infecciones están comenzando a disminuir entre los ancianos de alto riesgo, cuyas muertes se estabilizaron, según muestran las cifras oficiales. El régimen de dos dosis es 80% efectivo para prevenir la muerte por COVID-19, dijo el gobierno chileno.

“Ahora hay una tendencia clara que podemos ver con la separación de las curvas entre los mayores de 70 años y los más jóvenes, que recién comienzan a vacunarse”, dijo Miguel O’Ryan, experto en salud pública de la Universidad de Chile. .

Los funcionarios del Reino Unido, que están luchando con problemas de suministro de vacunas mientras trazan una ruta para salir de un bloqueo estricto necesario para controlar la variante contagiosa B.1.1.7 detectada por primera vez en Inglaterra, ven la experiencia de Chile como una advertencia. El país sufrió el mayor número de muertes en Europa y los científicos y expertos en salud pública que asesoran al gobierno promueven una liberación lenta y gradual de las restricciones para garantizar que las vacunas sigan superando al virus.

Los especialistas que asesoran al gobierno del Reino Unido analizan el posible curso de la pandemia durante el próximo año si las restricciones a la economía y la vida diaria se alivian de acuerdo con la hoja de ruta de cuatro pasos del primer ministro Boris Johnson para salir del encierro.

Su trabajo contempla el riesgo de una ola de salida, con un modelo de epidemiólogos del Imperial College de Londres que sugiere que el Reino Unido podría enfrentar otros cinco millones de casos hasta junio de 2022 si los controles se relajan según lo planeado. Eso es más de los cuatro millones de casos conocidos ya registrados, aunque las brechas en las pruebas al comienzo de la pandemia significan que el verdadero total de infecciones probablemente sea mucho mayor.

Los altos niveles de vacunación hacen que sea probable que las hospitalizaciones y muertes por COVID-19 sean mucho más bajas que en oleadas anteriores de la pandemia, según los modelos. Pero las autoridades siguen de cerca el modelo del Imperial College, que por ejemplo, apunta a hasta 15.700 muertes más hasta junio de 2022.

Los especialistas prevén que el tamaño de cualquier ola de salida está relacionado sensiblemente a problemas que incluyen la velocidad y el nivel de absorción de la vacuna, cualquier problema con el suministro y el papel aún incierto que juegan el clima cálido y el comportamiento del verano para limitar la propagación del virus.

Otro factor crítico es la eficacia de las vacunas para detener la transmisión, más allá de la simple prevención de infecciones o enfermedades graves.

“Una vacuna que sea altamente efectiva para detener la transmisión probablemente significaría muchos menos casos y muy pocas muertes”, consideró Graham Medley, profesor de modelado de enfermedades infecciosas en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

Y si bien aún no hay datos suficientes sobre el efecto de las vacunas en la propagación del virus, estudios de Israel y el Reino Unido sugieren que la vacuna desarrollada por Pfizer Inc. y BioNTech SE es muy eficaz para prevenir la transmisión progresiva.