Civiles palestinos e israelíes narran el horror de vivir bajo las bombas: Tiembla todo. No solo edificios, toda la ciudad

TOPSHOT – Los palestinos evalúan el daño causado por los ataques aéreos israelíes, en Beit Hanun, en el norte de la Franja de Gaza, el 14 de mayo de 2021. – Israel atacó Gaza y desplegó tropas adicionales en la frontera mientras los palestinos disparaban bombardeos de cohetes, con el número de muertos. en el enclave en el cuarto día de conflicto subiendo a más de 100. (Foto de MAHMUD HAMS / AFP)

 

 

 





Israel y las milicias palestinas se han lanzado definitivamente a una guerra abierta tras varios días de hostilidades y ya no muestran ninguna contención, pese a la muerte de civiles -incluidos niños- a causa del fuego cruzado y las llamadas internacionales. El recrudecimiento de los ataques en las últimas jornadas y el posicionamiento de tropas del Gobierno de Benjamín Netanyahu en la frontera encaminan este nuevo enfrentamiento a una cuarta guerra, después de las de 2008, 2012 y 2014.

ÁFRICA ALBALÁ // 20 MINUTOS 

En esta ocasión, la escalada de violencia no se ha circunscrito a la Franja de Gaza y sus alrededores ni se ha limitado al lanzamiento de misiles de Hamás a Israel y bombardeos de represalia. Desde los enfrentamientos en Jerusalén del pasado domingo en la Explanada de las Mezquitas, los conflictos se han extendido a otras ciudades mixta del país gobernado por Netanyahu, como Ramla, Akko o Lod, donde el alcalde ha calificado lo ocurrido de “guerra civil”.

Mientras la tensión entre el Gobierno de Netanyahu y el de Hamás no deja de crecer, la población civil vive con “miedo” estos ataques -que dejan ya decenas de muertos y centenares de heridos- y ve “con angustia” cómo su vida se desdibuja, mientras parece encaminarse a un nuevo conflicto de grandes dimensiones a la espera de que una difícil mediación internacional pueda evitarlo.

Saad (Gaza): “Ni nos atrevemos a mirar por la ventana”

Calles desiertas sembradas de escombros y edificios destruidos o a medio derrumbar tras el intercambio de fuego entre las milicias palestinas e Israel. Ese es el escenario en el que vive Saad, que “desde hace cuatro días”, al igual que sus conciudadanos, no se atreve si quiera a salir de casa por miedo al “bombardeo continuo” sobre la Franja de Gaza. Lo cuenta mientras escucha el silbido de un proyectil cercano cortando el aire: “No estamos seguros en nuestros domicilios. No tenemos refugios aquí y nos resguardamos en alguna habitación durante los ataques, como la cocina”.

“Incluso salir de casa dos minutos para comprar comida nos da miedo, hasta el punto de que mi familia me ha pedido que no vaya. Ni siquiera nos atrevemos a mirar por la ventana”, subraya, al tiempo que describe una ciudad de Gaza en la que nadie va al trabajo y las calles son difícilmente transitables para los coches, debido a los destrozos producidos por las bombas.

Entre las mayores preocupaciones de Saad, se encuentra su familia, pues ya perdió a su madre, tres hermanos y dos parientes más en las guerras anteriores. Ahora, su ansiedad se centra en sus hijos: “Explicarles qué pasa, calmarlos, intentar que se sientan seguros… es muy complicado. Están casi todo el tiempo llorando y sienten miedo con los gritos y el sonido de las bombas. No entienden qué ocurre. El otro día compramos ropa para celebrar el final del Ramadán, como es costumbre, y no comprenden por qué no pueden estrenarla”.

Raji (Gaza): “Tiembla todo en una ciudad ensangrentada”

“Tiembla todo. No solo los edificios, no solo los muebles, sino toda la ciudad, tu propio ser”. Son las palabras de Raji Sourani, que habla de una Gaza “ensangrentada” en la que “no hay un solo instante en que no se oigan las bombas”. “Se ha convertido en una ciudad fantasma en la que no estás a salvo ni en casa ni fuera de ella. Ahora mismo, moverse aquí es imposible, es muy muy peligroso”, se desespera ante la situación y la perspectiva para una zona donde el desempleo ya era muy alto antes de la pandemia y estas últimas tensiones con Israel.

“Tiembla todo. No solo los edificios, no solo los muebles, sino toda la ciudad, tu propio ser”
En la misma línea se pronuncia Nidal Musalame: “Yo he vivido las tres guerras anteriores y esta es la más fuerte y dura de todas”. Se expresa así y menciona la intención “del pueblo de resistir en un mundo injusto”, ante la peor escalada de violencia en siete años, cuando la ruina en las calles de la Franja de Gaza comienza a recordar cada vez más a las imágenes de los conflictos de 2008, 2012 y 2014 contra Israel.

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