Santiago Navajas: Israel y la islamoizquierda

Cada vez que Israel se defiende de los ataques terroristas de los islamistas, en Occidente una ola de solidaridad se desata. Solidaridad con los terroristas. Hay quienes lo hacen de buena fe, abducidos y manipulados por el relato de muchos medios de comunicación que presentan a los terroristas como si fuesen David luchando con inofensivos cohetes contra el poderío destructor de los misiles de Goliat. Es una ironía que los antisemitas recurran a una una parábola judía. Nunca hay que olvidar que los judíos formaron el Estado de Israel en 1948 huyendo de un programa de exterminio en los países europeos. Allí se encontraron con otra amenaza de genocidio por parte de los países musulmanes.

Sesenta años después, gran parte de Occidente sigue viendo a Israel y a los judíos como los malos de cualquier película. Especialmente entre la izquierda. En octubre del año pasado el exlíder del laborismo inglés, Jeremy Corbyn, fue suspendido por su propio partido por haber creado una cultura tolerante con el antisemitismo. En Francia, el Gobierno de Macron está investigando la propagación en la Academia del islamo-izquierdismo, la variante posmoderna de una alianza entre intelectuales de extrema izquierda e islamistas, fanáticos políticos del islam, que comenzó a formarse cuando Sartre y Foucault apoyaron al imán Jomeini en el golpe de Estado que los integristas dieron en Irán. Los dos filósofos franceses consideraban que para luchar contra la civilización liberal que trataban de destruir, los fundamentalistas islámicos serían unos buenos aliados.

En España, políticos de extrema izquierda utilizan a los palestinos como carne de cañón y escudos humanos marioneteados por los terroristas islamistas para tratar de debilitar y, en última instancia, destruir Israel, en lo que sería un nuevo Auschwitz. Íñigo Errejón retuerce los tuits para evitar hablar de los bombardeos que realiza la organización terrorista Hamás contra Israel.





Ya van 35 muertos, entre ellos 12 niños y más de 233 heridos. Ni la comunidad internacional ni el Gobierno de España pueden mirar a otro lado. Israel debe cesar de inmediato los ataques contra el pueblo palestino.

— Íñigo Errejón (@ierrejon) May 12, 2021

Es decir, Errejón pide a Israel que se suicide. O, dicho de otro modo, el dirigente de la ultraizquierda, que adora a Hugo Chávez y defiende la dictadura de Maduro, pretende que la única democracia de Oriente Próximo, rodeada de algunos de los países más tiránicos del mundo, como Siria e Irán, todos ellos de mayoría musulmana, se rinda y entregue a sus ciudadanos a un exterminio seguro. De esta manera, Errejón se suma a los que, como Erdogan, el aliado de Zapatero en la Alianza de Civilizaciones, piden mano dura con Israel.

En su lucha contra el capitalismo y el liberalismo político, la izquierda no duda en aliarse con quien haga falta. Si Stalin fue capaz de aliarse con Hitler, ¿qué escrúpulos morales pueden imponerse al odio que destila la extrema izquierda hacia los mercados libres y las sociedades abiertas? Como sostiene uno de los máximos expertos contemporáneos en neoantisemitismo, Alvin Hirsch Rosenfeld, el islamoizquierdismo consiste en

la esperanza, albergada por una secta revolucionaria, de ver al Islam convertido en la punta de lanza de una nueva insurrección. En este caso, en forma de una Guerra Santa contra el capitalismo global.

El odio los cría y ellos se juntan.


Este artículo fue publicado originalmente en Libertad Digital el 13 de mayo de 2021