Las imágenes del menor no acompañado, llorando y aterrado tras perder al grupo de migrantes con el que había cruzado la frontera se convirtieron en un símbolo del peligro y la dureza del viaje que enfrentan los niños indocumentados al cruzar la frontera solos.

Desde que el presidente, Joe Biden, llegó a la Casa Blanca en enero, la frontera sur ha experimentado un aumento abrumador de niños que llegan sin la compañía de un padre o adulto. En marzo, el número de menores no acompañados interceptados por agentes fronterizos llegó a casi 19,000, la cifra más alta que se ha registrado.