La mayor reserva marina de Perú nace con preocupación de ambientalistas

La Reserva Nacional Dorsal de Nasca, el área marina protegida más grande de Perú, nació este miércoles con polémica ante la oposición de organizaciones ambientalistas, descontentas porque se permita la pesca industrial dentro de su perímetro.

La reserva abarcará una extensión de casi 62.400 kilómetros cuadrados del océano Pacífico, equivalente al 8 % de las aguas territoriales de Perú, detalló el ministro del Ambiente de Perú, Gabriel Quijandría, en conferencia de prensa.





Esta reserva, ubicada a 105 kilómetros de la costa, será además la primera íntegramente marina de Perú y su finalidad es proteger una cadena montañosa submarina que se extiende desde los 1.800 hasta los 4.000 metros de profundidad.

En ese ámbito hay “algunas características particulares e importantes de conservación de la biodiversidad y ciertos procesos ecológicos que ocurren en esa zona”, indicó Quijandría.

El ministro señaló que “hay una previsión para que se sigan produciendo algunas actividades económicas que se daban en esta zona hasta los 1.000 metros de profundidad, con énfasis en la pesca artesanal”.

También será “un espacio importante de investigación marina de profundidad”, gracias a las capacidad que tiene el Instituto del Mar Peruano (Imparpe) y el buque de investigación oceanográfico Carrasco, de la Armada peruana.

En el territorio de la reserva se han identificado 32 especies marinas de importancia comercial como la pota (calamar gigante), perico, bonito, jurel, tiburón azul, pez espada, atún aleta amarilla y caballa, entre otras.

Además, el área superficial de la Dorsal de Nasca es una zona de tránsito para especies migratorias como el albatros de Salvín y la tortuga cabezona.

CONTRADICTORIO PARA AMBIENTALISTAS

Sin embargo, para la organización ambientalista Oceana, es una contradicción crear una reserva marina donde se permita la pesca industrial y de bacalao dentro de ella, lo que a su criterio vulnera la Ley de Áreas Naturales Protegidas y su respectivo reglamento.

Oceana manifestó en un comunicado su “profunda preocupación” ya que considera que este tipo de “licencias” son impensables en Chile o Ecuador, países que protegen cada uno el 42 y 13,5 %, respectivamente, de su mar.

La organización detalló que el 83 %de las embarcaciones atuneras extranjeras que pescan en la Dorsal de Nasca son ecuatorianas y tienen prohibido pescar en sus áreas protegidas como las Islas Galápagos.

“Para mí, genera un nefasto precedente, atentatorio para el sistema general de áreas protegidas porque podría permitir actividades industriales en otras reservas nacionales del país”, explica César Ipensa, abogado especialista en derecho ambiental.

“Si vamos a permitir que exista pesca industrial en zonas de conservación estrictas, en la práctica, lo que el gobierno estaría creando son áreas de papel que no protegen realmente nuestra biodiversidad”, añadió Ipenza.

UN “MAL PRECEDENTE”

Asimismo, la directora de políticas de la organización Oceana y especialista en derecho pesquero y ambiental, Carmen Heck, también cree que la creación de la Reserva Nacional Dorsal de Nasca de esta manera genera un mal precedente.

“La zonificación provisional que establece el decreto supremo de creación de la reserva no tiene nada de provisional, claramente será permanente”, consideró Heck.

El proceso de creación de esta reserva ha tomado más de dos años, liderado por un grupo de trabajo multidisciplinario encabezado por el Ministerio del Ambiente y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).

Adicionalmente, se realizó un amplio proceso de participación ciudadana con gremios de pescadores artesanales del sur, centro y norte del país, gremios de pesca de escala industrial, gobiernos regionales, organizaciones de la sociedad civil y la academia.

EFE