César Marinilli: Malas decisiones y una lección para aprender

César Marinilli: Malas decisiones y una lección para aprender

Los países de Sudamérica han tenido un largo historial de gobiernos malos, decisiones suicidas, catástrofes artificiales y tiranías destructoras. Este ha sido el panorama desde aproximadamente los años de la independencia. Las democracias de esta región han sido la vía de alcanzar el poder de muchos tiranos, cuando no ha sido la fuerza, a través de la explotación de vulnerabilidades de la misma.

Lamentablemente, hoy debemos hablar de otro caso simbólico en el largo historial de la región. Un caso que, cuanto menos, es absurdo. Debemos hablar de Perú, un país que recientemente tuvo la segunda vuelta para las elecciones presidenciales, y en la cual se daba la opción de votar entre Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori y, Pedro Castillo, candidato de extrema izquierda.

Las elecciones todavía están en un proceso de conteo reñido, con una diferencia que no supera el 2%. Sin embargo, debemos hablar del mensaje que transmite esto: Perú es uno de los países que más inmigrantes venezolanos ha recibido. Miles de testimonios presenciales sobre la miseria que representa el socialismo. Hoy día también abunda en Internet información sobre el porqué no funcionan las medidas socialistas, y también, sobre las atrocidades cometidas por dichas medidas, para aquellos que dicen “OK, pero Perú no es Venezuela”.





Los peruanos decidieron hacer oídos sordos a esas miles de historias de personas que tuvieron que dejarlo todo atrás para empezar de 0, así como también se hicieron oídos sordos a la lógica, la cordura y la sensatez, decidiendo así seguir el camino que llevan varios países de la región. Tenemos que decirlo, lamentablemente la sociedad de Perú está afrontando una crisis de valores y una serie de problemas socioculturales causados por malos gobiernos. Esa crisis se manifestó en estas elecciones.

La inestabilidad política también es preocupante, el gobierno de Perú está cada vez más inestable y la pandemia sólo ha agravado dicha inestabilidad, esta inestabilidad lleva ocurriendo ya un buen tiempo. Perú necesita de un gobierno con mayor estabilidad y mayor transparencia, uno que no ataque a la propiedad privada y que se proponga reducir el tamaño del estado. De manera desafortunada, hoy día Perú está lejos de esa realidad.

Sin embargo, no todo es malo. Estas elecciones nos enseñaron algo: las personas que comulgan con la derecha política (libertarios, liberales clásicos y conservadores) deben dejar de lado las diferencias mínimas como discrepancias en ciertos temas sociales y unirse en torno a combatir un enemigo aún mayor, que amenaza con desaparecer las 3 ideologías. Los peruanos dieron dicho ejemplo, personas de todo el espectro de la derecha se unieron en conjunto para enfrentarse políticamente a la izquierda peruana. Es un buen ejemplo que debería ser considerado en otros países de la región.