Nuevo hallazgo en Israel podría reconfigurar la historia de la evolución humana

Nuevo hallazgo en Israel podría reconfigurar la historia de la evolución humana

Un momento de la excavación en el sitio arqueológico de Nesher Ramla, Israel. Yossi Zaidner, del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, estuvo desde el primer momento del hallazgo/Yossi Zaidner

 

Los seres humanos que hoy habitan el planeta Tierra no descienden de los simios sino que comparten antepasados con ellos. Sus orígenes están en el territorio actual de África, pero no hubo una cadena de eslabones perdidos de especies que fueron sustituyendo a otras a lo largo de millones de años. La evolución de la humanidad ha sido un fenómeno mucho más complejo, rico, y asombroso que la hilera de individuos masculinos que se solía enseñar en los textos escolares.

Por Valeria Román / Infobae

Ahora, desde Israel se suma el gran hallazgo de restos fósiles del Homo de Nesher Ramla, y genera preguntas sobre la posibilidad de que hayan coexistido (e interactuado) diferentes poblaciones del género Homo. “La gente piensa en paradigmas -dijo la antropóloga de la Universidad de Tel Aviv e integrante del grupo de investigadores que hicieron el descubrimiento, la doctora Rachel Sarig- Por eso se ha intentado atribuir esos fósiles a grupos humanos conocidos como el Homo sapiens, el Homo erectus, el Homo heidelbergensis o los neandertales. Pero ahora decimos: No. Este es un grupo en sí mismo, con rasgos y características distintas”.

En base a los restos fósiles y a herramientas de piedra que encontraron, el grupo de científicos sostiene que hubo pequeños grupos del tipo Homo Nesher Ramla que emigraron a Europa Occidental, donde evolucionaron hasta convertirse en los neandertales “clásicos”, y también a Asia, donde se convirtieron en poblaciones arcaicas con rasgos neandertales. “El descubrimiento del yacimiento de Nesher Ramla escribe un nuevo y fascinante capítulo en la historia de la humanidad”, sostuvo Sarig en un comunicado.

Hace unos 400.000 años atrás hubo múltiples dispersiones de los antepasados humanos desde Africa hacia otras regiones del mundo. Los restos fósiles del Homo Nesher Ramla encontrados en Israel datan de 126.000 años atrás. “Es un hallazgo sorprendente”, dijo a Infobae la científica argentina Marta Mirazón Lahr, que trabaja en el Departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge en Inglaterra, y fue autora de un artículo que acompaña a dos reportes sobre los hallazgos de los fósiles de Homo Nesher Ramla en la edición de la prestigiosa revista Science de esta semana.

Cómo era la cabeza del Homo de Nesher Ramla en base a los restos fósiles encontrados. Según los investigadores, comparten rasgos tanto con los Neandertales (especialmente los dientes y las mandíbulas) como con los Homo arcaicos (concretamente el cráneo). Al mismo tiempo, este tipo de Homo es muy diferente a los humanos modernos, ya que presenta una estructura craneal completamente diferente, no tiene barbilla y sus dientes son muy grandes/ Universidad de Tel Aviv

 

Hasta ahora, se habían encontrado restos fósiles de poblaciones humanas más modernas en el llamado Corredor Levantino, la franja entre el Mediterráneo, Israel, Jordania y Siria, que databan de 130.000 a 100.000 años atrás. Los fósiles de Nesher Ramla, que es un sitio que está protegido por la Autoridad de Antigüedades de Israel, sugieren que se trató de una población diferente a las que se habían descripto.

Tenían características anatómica más arcaicas que los humanos y los Neandertales cuyos restos ya se habían hallado antes. Los Homo de Nesher Ramla vivieron en la misma región, pero el período de tiempo es tan amplio que podrían no haberse encontrado. “No tenemos evidencia de que se hayan visto cara a cara. Puede haber miles de años de diferencia”, señaló a Infobae la doctora Mirazón Lahr, quien aclaró que no se trata de una nueva especie.

La publicación sobre el hallazgo fue realizada por investigadores de la Universidad de Tel Aviv, la Universidad Hebrea de Jerusalén, y la Universidad de Haifa, en Israel. Contaron con la colaboración de científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, la Universidad Complutense de Madrid, y el Centro UCM-ISCIII de Investigación sobre la Evolución y Comportamiento Humanos en Madrid, España; la Universidad de Zurich, en Suiza; la Universidad de Viena, en Austria; el Museo Estadounidense de Historia Natural y la Universidad Binghamton, de los Estados Unidos; e instituciones de investigación de Alemania e Italia. En Science, difundieron dos papers: uno sobre los restos del Homo de Nesher Ramal, y otro sobre los animales y las herramientas que se descubrieron en el mismo sitio.

Los científicos hicieron una reconstrucción virtual de la mandíbula del grupo de Homo de Nesher Ramla/Ariel Pokhojaev, Facultad de Medicina Sackler de la Universidad de Tel Aviv

 

Según los investigadores, la morfología de los Homo de Nesher Ramla comparte rasgos tanto con los Neandertales (especialmente los dientes y las mandíbulas) como con los Homo arcaicos (concretamente el cráneo). Al mismo tiempo, este tipo de Homo es muy diferente a los humanos modernos, ya que presenta una estructura craneal completamente diferente, no tiene barbilla y tiene dientes muy grandes.

Los primeros rastros del hallazgo que dio lugar a toda la investigación fueron estudiados por Yossi Zaidner, del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jersualén, durante unas excavaciones de salvamento en el yacimimiento, que está ubicado en la zona minera de la fábrica de cemento de Nesher, cerca de la ciudad de Ramla. Al excavar unos 8 metros, se encontraron grandes cantidades de huesos de animales, como caballos, así como herramientas de piedra y huesos humanos. A partir de ese momento se llevó adelante toda la investigación con expertos de otros países que se publica en Science.

Los investigadores postulan también que los humanos de Nesher Ramla no son los únicos de su tipo descubiertos en la región, y que algunos fósiles humanos encontrados anteriormente en Israel, que han desconcertado a los antropólogos durante años -como los fósiles de la cueva de Tabun (hace 160.000 años), la cueva de Zuttiyeh (250.000) y la cueva de Qesem (400.000)- pertenecen al mismo nuevo grupo humano ahora llamado tipo Homo de Nesher Ramla.

Una lámina que es producto de la talla de un núcleo de piedra. Fue una de las herramientas que usaba el Homo de Nesher Ramla. Se estima que junto con otro tipo de herramientas de piedra se usaban para la caza y otras actividades hace 126.000 años/Tal Rogovski

 

¿A qué se dedicaban los Homo de Nesher Ramlar hace 126.000 años?, preguntó Infobae a la investigadora Mirazón Lahr. “En base a los estudios que publicaron los investigadores liderados por las universidades de Israel, se puede afirmar eran cazadores-recolectores. Se alimentaban al cazar ciervos, liebres y otros animales quizá más grandes. También comían frutas”, contestó. Hasta el momento, no hay evidencia de que hayan desarrollado alguna actividad artística. “Por el momento, solo hay evidencia de arte del Homo Sapiens, como collares de hace 100.000 años”, opinó la doctora Mirazón Lahr.

Se necesitarán excavaciones y más estudios genómicos y más hallazgos para responder cómo fueron las interacciones entre los diferentes grupos. En su artículo, Mirazón Lahr escribió: “La interpretación de los fósiles y las herramientas de piedra de Nesher Ramla suscitará diferentes reacciones entre los paleoantropólogos. No obstante, la edad del material de Nesher Ramla, las afinidades morfológicas y arqueológicas no coincidentes y la ubicación del yacimiento en la encrucijada de África y Eurasia hacen que este sea un descubrimiento importante”.

Además, consideró que “la compleja y dinámica historia de las expansiones, interacciones, extinciones y a veces historias privadas en el género Homo, deberían esperarse diferencias similares en los procesos que generaron la diversidad. Una de estas diferencias estará en el resultado del contacto intergrupal. Somos muy conscientes de las consecuencias dispares a largo plazo del contacto para colonizadores y colonizados. Por lo tanto, no debería sorprender que el legado cultural y genético del contacto interpoblacional en nuestro pasado profundo también difería según las circunstancias sociales, económicas económicas, demográficas y tecnológicas”. Aún queda un gran rompecabezas para armar de la evolución humana y su diversidad.

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