Luis Beltrán Lara Castillo: Acuerdo de Salvación Nacional

Estaba realizando limpieza de algunos papeles en la biblioteca de mi casa, cundo de repente me encontré con un escrito que había leído hace unos cuantos años atrás y que al parecer sigue tan vigente hoy como ayer, con su permiso voy a reproducir esta narración alegórica que se ajusta muy bien a la realidad política que nos invade en el seno de la oposición.

ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA

. -Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con las demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro, que siempre se lo pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto. En esto entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho y dijo: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades, puesto que cada uno tiene también las suyas. Eso es lo que nos hace valiosos como herramientas. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentremos en la utilidad de nuestros puntos buenos.” La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba firmeza y solidez, la lija era especial para afinar y limar asperezas, y observaron que el metro era preciso y exacto y ayudaba a que todo encajase bien. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos. – Esta narración nos permite percatarnos de algo que todos sabemos pero que no queremos admitir, cada uno de los que hacemos vida en la actividad política dentro del seno de la alternativa democrática en el municipio Guacara, tenemos diferentes habilidades, destrezas, capacidades, virtudes, conocimientos, que unidos podríamos aportar, sin mezquindad para la construcción de un hermoso camino que nos lleve a la reconstrucción de nuestras fortalezas, en beneficio de alcanzar los sueños de Libertad y Democracia que un grupúsculo cada vez más disminuidos de fariseos se han dado a la tarea de destruir.





El sendero que debemos recorrer no es simplemente el de querer imponer nuestra forma de pensar por encima de la de los demás, por el escueto hecho de creer que somos dueños de la verdad, no, no es así,  es necesario la comunicación permanente y sentarnos a dialogar entre nosotros, para que juntos, dando nuestros mejores aportes podamos avanzar en la toma de decisiones correctas que nos permitan sortear con éxito las luchas que seguro estoy tendremos que acometer para el rescate del país y de nuestro municipio. No basta con las iniciativas (las cuales considero todas muy plausibles) que individuos u organizaciones por separado estén realizando en beneficio propio o del colectivo, es menester que cada una de esas luchas que hoy se dan por separado sean las luchas de todos. Solo unidos y enrumbando nuestro accionar de manera unificada y hacia un mismo norte, saldremos victorioso. Solo y no me cansaré de decirlo, solo UNIDOS nos haremos fuertes para vencer la ignominia y maldad que tanto daño les ha hecho a los venezolanos y a los guacareños en particular. Debemos escucharnos, debemos abrir un espacio donde apartemos (sin necesidad de arrear banderas), las diferencia y pongamos por encima de cualquier aspiración personal por mas valida y justa que consideremos, los intereses del país y del municipio, se está librando una batalla en donde, creer que con alcanzar algunas alcaldías o algunas gobernaciones será el inicio para el fin de un régimen que lleva entronizado en el poder por más de veinte (20) años, más de dos décadas, en donde hemos podido apreciar la destrucción del aparato productivo del país, la caída abrupta de la calidad de vida de los venezolanos, la pauperización de la clase media, donde  “el rebusque” se ha hecho el modo de vida de muchos sectores en el país, lo que ha traído como consecuencia que el venezolano de a pie, solo piensa en cómo hacer para llevar el sustento diario para su hogar y ha perdido la fe en las organizaciones y grupos políticos a los cuales  ven como responsables también  de su situación, criterio que por demás estoy en total desacuerdo, pero ¿como cambiar esa visión?, creo en mi humilde apreciación dando ejemplo de unidad y de tener un camino claro y confiable para realizar los cambios que todos, propios y extraños, están esperando llegue de una vez por todas, no es exacerbando nuestras diferencias que lograremos eso, sino más bien reconociendo nuestras virtudes y dando verdaderas demostraciones de unidad para alcanzar cambios que no sean solo pañitos de agua tibia para aliviar la fiebre, sino que sea una cirugía de alto nivel para erradicar el cáncer que acaba con el presente y futuro de todos en el país. Es necesario seguir juntos exigiendo elecciones generales Justa, Libres y Verificables con observadores internacionales confiables y con un juez (CNE) imparcial y realmente honorable, es exigir garantías democráticas para todos los actores políticos, mecanismos para la reinstitucionalización del país, liberación de los presos políticos, regreso de los exiliados y la justicia transicional. Es el Acuerdo de Salvación Nacional que comienza con nosotros en los factores de la alternativa democrática.