Los turistas que visitan el pintoresco puerto de Cassis, en el sur de Francia, asisten a menudo un espectáculo poco edificante: bolsas de plástico, botellas de bebidas desechadas e incluso mascarillas quirúrgicas usadas flotando en el agua entre los barcos del puerto deportivo.
Sin embargo, el puerto ha encontrado una solución, en forma de un barco amarillo brillante con motor eléctrico a control remoto que serpentea por las aguas aspirando la basura en una red que arrastra detrás de sus cascos gemelos.
La embarcación, llamada Jellyfishbot, tiene el tamaño de una maleta, por lo que puede llegar a los rincones y espacios estrechos donde suele acumularse la basura, pero a los que es difícil que lleguen los limpiadores con redes.
“Puede ir a todas partes”, afirma Nicolas Carlesi, doctor en robótica submarina cuya empresa, IADYS, ha creado la embarcación.
No es el único dispositivo de este tipo. La organización sin ánimo de lucro Clear Blue Sea de San Diego está desarrollando un prototipo de robot recolector de basura llamado “FRED”.
Una empresa de tecnología marina con sede en los Países Bajos, RanMarine, ha desarrollado un robot llamado “Waste Shark” con el que limpian de basura en el puerto de Rotterdam.
“Jellyfishbot” está en funcionamiento en una quincena de puertos franceses y se ha exportado a países como Singapur, Japón y Noruega, según la empresa de Carlesi, que acaba de lanzar una versión autónoma.
Carlesi, que es un gran navegante y buceador, dijo que se le ocurrió la idea después de observar, cada vez que pasaba el tiempo libre en el agua, la cantidad de basura que había en los puertos.
“Pensé: ‘¿Por qué no intentar hacer más fácil esta difícil y a veces ingrata tarea de recoger la basura?’ Así que creamos este robot”, dijo. Reuters