Los enfrentamientos entre delincuentes y funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, reportados desde el miércoles en la tarde, ocasionaron las muertes de por lo menos ocho personas y heridas en otras trece.
Estas cifras fueron conocidas de forma extraoficial, pues hasta el momento las autoridades no han dado parte sobre el número de víctimas.
El miércoles en la noche, una mujer aún sin identificar murió al ser alcanzada por una bala cuando caminaba por la avenida Nueva Granada, adyacente al centro nocturno Las Tres Sirenas.
Otros dos hombres fueron atacados a tiros por hampones: Giovanni Rafael Bracamonte, a quien le dispararon cuando circulaba por la autopista Norte-Sur en una camioneta Trail Blazer roja. Murió en el túnel El Paraíso. Era hermano de un funcionario de la policía científica, adscrito a la División Contra Hurtos.
Pablo José Díaz Alfonso fue herido en varias ocasiones mientras transitaba en su carro por el túnel del Cementerio.
En el elevado de la Cota 905, murió también un presunto delincuente a quien señalaron con el alias de El Bodega.
Entre los heridos del miércoles destacan funcionarios de PoliCaracas y del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), ambos recibieron tiros cuando las sedes fueron atacadas.
Mientras que un hombre de 41 años de edad, Junior José Barreto Vera, recibió un tiro en la mano izquierda y fue despojado de su vehículo Chery Arauca, cuando circulaba por los túneles de El Cementerio.
El miércoles en la noche, integrantes de las bandas que se desplegaron en torno al Cementerio también dispararon contra la furgoneta del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf). Los agentes que iban en ella tuvieron que buscar resguardo, y los antisociales se apoderaron del vehículo. Hasta ese momento, habían levantado cuatro cadáveres. Pero no pudieron continuar con su labor. De allí que otros cuerpos quedaron durante horas en las vías públicas.
Ese mismo día, en diferentes momentos, hubo disparos contra el edificio de la División de Investigación contra el Robo de Vehículos de Cicpc, en Quinta Crespo, y un módulo de la Policía Nacional en ese mismo sector. Más temprano, comandos de la policía política (Sebin) se desplegaron en torno al Helicoide al percatarse de que también era objetivo de ataque armado.
24 horas de fuego cruzado
El jueves, los tiroteos comenzaron nuevamente a las 5 am, y hasta las 2 pm habían ocasionado por lo menos cuatro muertes. Uno de los cadáveres quedó tendido debajo del elevado de la avenida Victoria, y otro detrás de las residencias Villa Lorena, en El Paraíso.
Un parte preliminar de la Policía Nacional informó sobre el fallecimiento del jefe de la estación de ese cuerpo en Antímano, comisionado agregado Fernando Rodríguez Agudelo, quien fue impactado en la cabeza por un proyectil mientras incursionaba en la parte alta de El Valle. Fue llevado al hospital periférico de Coche, al igual que el oficial jefe Jade Cortez, quien murió por desangramiento al ser herido en ambas piernas durante una operación en el sector Los Alpes de Cementerio.
En la calle Zulia de La Vega, María Prado fue alcanzada por una bala perdida, mientras que, en Quinta Crespo, otras dos mujeres fueron impactadas por proyectiles. Una en la pierna izquierda y otra en el hombro izquierdo. Ambas fueron auxiliadas por transeúntes.
En El Valle, un conductor de transporte público de nombre Luis Monsalves -socio de la línea Plaza España-El Valle- también fue herido.
A las 11:30 am del jueves, la ministra de Relaciones Interiores, almirante retirada Carmen Meléndez, anunció a través de su cuenta Twitter que los cuerpos de seguridad implantarían un “control absoluto” sobre las zonas en conflicto, y recomendó a la ciudadanía mantenerse a resguardo, pues el riesgo continuaba.
Posteriormente, grupos de mujeres salieron caminando de la Cota 905, con el propósito de impedir la entrada de las comisiones policiales.