Las 48 horas de terror sufridas por los residentes del oeste de Caracas empiezan a llegar a su fin, con el cese del enfrentamiento entre cuerpos de seguridad del Estado y la banda del «Koki», que controlaba la Cota 905 y sus adyacencias, así lo reseñó TAL CUAL.
Un despliegue policial liderado por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) en el sector, apoyados por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y la Guardia Nacional (GN), se logró la toma progresiva de las zonas controladas por el «Koki», en un procedimiento que inició en la tarde del jueves 8 de julio y se extendió a lo largo de todo el viernes 9 de julio.
El procedimiento habría concluido con la muerte de al menos cinco funcionarios policiales y ocho muertes de civiles como producto del intercambio o de ataques directos por parte de los grupos delictivos, como ocurrió con las víctimas que intentaron acceder a los túneles del Paraíso y recibieron disparos por parte del grupo criminal que intentaba mantener el control de los accesos a la zona.
Así lo informó el periodista de sucesos Román Camacho, quien acotó que pese a que el conflicto cesó, las comisiones policiales continúan con el operativo para dar con el paradero de los integrantes de las bandas, por lo que se despliegan en la Cota 905, El Valle, El Cementerio, Quinta Crespo, Jardín Botánico y San Agustín.
Las comisiones policiales se adentraron en las zonas de control del «Koki», por lo que tomaron puntos de control conocidos como «garitas» y otras estructuras que servían para dar refugio a los integrantes de la banda. En estas estructuras encontraron armas y municiones utilizadas por los delincuentes.
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En este sentido, los funcionarios incautaron municiones de todo tipo, fusiles de asalto, pistolas, granadas e incluso lanzamisiles, artefactos que fueron utilizados durante el enfrentamiento.
El director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES) y experto en Seguridad y Defensa, Andrei Serbin, apuntó que algunos de los equipos utilizados por la banda del «Koki» eran de alta calidad y suelen estar más vinculados a componentes militares venezolanos, como es el caso del lanzamisiles RShG-2, un modelo comprado por la Fuerza Armada nacional recientemente.
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