Felo Jiménez: Ya los pendejos no somos nosotros

Felo Jiménez: Ya los pendejos no somos nosotros

Existe una historia ficticia la cual trata sobre un hombre que estaba pescando sobre un pequeño bote en el mar, el bote se hunde y el pescador se empieza a ahogar comenzando entonces a pedirle a Dios que lo salve. Lo ve otro pescador que iba pasando y se le acerca para auxiliarlo, entonces el hombre le dice que no se preocupe porque Dios lo salvará. Llega un segundo pescador y el hombre repite lo mismo, Dios lo salvará, llega un tercer pescador y pasó exactamente lo mismo, al final el hombre se ahogó. Cuando llega al cielo le pregunta a Dios por qué lo dejó ahogarse si él mantuvo la fe en todo momento y Dios le responde: Te envié no una, sino tres veces ayuda y no quisiste aceptarla, ahora te pregunto yo a ti ¿Qué más quieres que hiciera?

Lo contado arriba pudiese compararse con lo que ha sucedido en Venezuela, en concreto su clase política y la sociedad, ya que en varias ocasiones se consiguió una real oportunidad para salir del problema que tenemos y no se concreta por errores de algunos politiqueros al creer que el “cálculo u olfato” los hará generar dividendos en términos de poder.

Cada oportunidad que se ha presentado ha llegado de forma diferente, efectivamente en cada una se logró colocar entre las cuerdas a quienes detentan el control en Venezuela y todas estas oportunidades contaron en su momento con el ingrediente más importante siendo este el apoyo absoluto de la inmensa mayoría de la sociedad, pero además de perderse el momentum también se ha dilapidado ese ingrediente dejando como consecuencia desesperanza y desmovilización.





Hoy se nos presenta una nueva oportunidad, quizás según se puede prever analizando el   tablero político actual tanto en lo interno como a lo externo esta sea la última opción real para resolver nuestra crisis, y aunque estoy hablando del proceso electoral pautado para noviembre estemos claros que unas elecciones regionales per se no solucionaran nada, es iluso solamente pensarlo, sin embargo, hay que mirar lo que existe detrás para tomarlas como un buen punto de partida.

Hace pocos días conocimos un comunicado conjunto de los Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá en donde ofrecen revisar las sanciones impuestas a Venezuela siempre y cuando se produzca un avance significativo en una negociación global que repare las instituciones del país y permita elecciones libres pero lo mas interesante de este comunicado son las siguientes palabras: “La solución pacifica a esta profunda crisis política, social y económica debe provenir del mismo pueblo venezolano a través de negociaciones de amplio alcance en las cuales participen todos los actores interesados” 

A primera vista no parece gran cosa, diera la impresión de dejarnos solos, es más, se puede correr el riesgo de pervertir la intención de los impulsores si los involucrados caen en la tentación de sólo buscar permanencia en posiciones de poder o estatus político,  pero el comunicado resalta entre líneas un tutelaje de estos actores internacionales en los compromisos que se adquieran producto de esa negociación, también, dentro de esta declaración conjunta podemos leer la frase “plazos concretos” y aunque la palabra negociación en Venezuela trae inmediatamente el pensamiento de burla al pueblo, esta vez quienes pudieran salir engañados son los promotores del acuerdo conjunto y dudo mucho que estos promotores lo vayan a permitir sin aplicar consecuencias directas a quien se le ocurra faltar a los acuerdos adquiridos.

Ahora bien, lo que me gusta de todo esto es la posibilidad de unir esfuerzos no en un proceso electoral de ámbito regional y municipal, es mas bien nuclearse en torno a un acuerdo con una hoja de ruta clara y creíble que comenzaría con esas elecciones saliendo entonces ahora si con un mensaje unísono a los venezolanos, que sea efectivo, basándose en lo emocional pero aportando elementos racionales para que la sociedad civil acompañe la iniciativa justificando racional y emocionalmente la decisión, marcando el inicio del fin de la tragedia que vive Venezuela, pero, si no se logra por esta vía debido a la violación de los compromisos que se firmarán entonces que no se piense que no se intentó, y utilizando un adjetivo coloquial los Venezolanos podremos decir: YA LOS PENDEJOS NO SOMOS NOSOTROS.