La estructura industrial en Venezuela, entre la “endogeneidad” y el cierre

La estructura industrial en Venezuela, entre la “endogeneidad” y el cierre

Recorrido por farmacias. Caracas (WILLIAMS MARRERO / EL NACIONAL)

 

 

 





Comprender la evolución de la industria venezolana debería constituir un tema de interés no solo para la academia y las escuelas de negocios, sino para todos los stakeholders por el legítimo interés de las partes en el valor actual o potencial que en sus mercados podría tranzarse.

Enrique González // Banca y Negocios

Esta comprensión debe abarcar desde aquellos factores y elementos exógenos o estructurales que inciden en la configuración y desempeño del sector, así como eventuales barreras endógenas o conductuales legítimas basadas en méritos y/o competitividad, además de aquellas que eventualmente sólo encuentran explicación económica en su despliegue para bloquear la entrada o permanencia de un competidor tan eficiente como quien ejerce la conducta -conductas predatorias-.

En este sentido, la academia, gremios empresariales y de consumidores, así como obviamente los responsables de las políticas públicas, industriales y regulatorias, deberían haber desarrollado o desarrollar líneas de análisis y seguimiento de la evolución de la industria venezolana.

Más allá del puro interés académico por parte de las universidades y las escuelas de negocios, que deberían complementar la labor docente en áreas como la Teoría de la Organización Industrial, la Economía Industrial y clases sobre Estrategia Competitiva y Digital con la investigación, los gremios empresariales deberían fundar sus posiciones institucionales de defensa del sector en análisis por medio de los cuales puedan identificarse barreras legales, regulatorias, etc., que constituyen una amenaza de destrucción pura de bienestar social y generación de riqueza.

(Foto por Federico PARRA / AFP)

 

 

A lo largo de los últimos 20 años ha existido evidencia de este tipo de barreras normativas y de políticas, que implican costos de oportunidad para la sociedad en materia de bienestar y calidad de vida.

Por supuesto que la labor de análisis basada en el paradigma de un estado benevolente, que tutele la eficiencia de los mercados, resulta incontrovertible y más que urgente.

La caída vertiginosa del poder de compra del bolívar, así como de la demanda de productos manufacturados en el país, han obligado a trabajar con elevadas capacidades ociosas y, en un extremo, han forzado la salida del mercado de muchos oferentes.

Un proceso de cierre de mercado vía demanda ha podido incidir con fuerza en la evolución de la industria venezolana y sobre la actual configuración de la estructura de los distintos mercados para sus productos.

(AP Foto/Natacha Pisarenko)

 

 

Recientemente el IESA, junto con el BID, informaron que la longevidad promedio de las empresas en Venezuela se ubica en 37 años, superando al promedio en la región andina y acercándonos más a niveles promedios mostrados por países desarrollados (Europa y Estados Unidos).

Esta foto parcial sobre nuestro parque empresarial puede despertar preguntas perfectamente alineadas con el objetivo de comprender nuestra evolución y cuáles son aquellos factores que pueden beneficiar y potenciar un crecimiento de una industria eficiente.

Por ejemplo, ¿A qué responde una longevidad mayor en el caso venezolano? El éxito que implicaría permanecer en el mercado, dado el entorno difícil para hacer negocios en Venezuela a qué responde. La permanencia y posicionamiento en el mercado puede responder a distintas causas, incluso excluyentes entre sí. Comprender dichas causas es de interés general, así como particular para ganadores y perdedores en dicho proceso.

Lee la nota completa en BANCA Y NEGOCIOS