Bolsonaro eleva la tensión institucional en su cruzada por el voto en papel

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reacciona mientras sanciona los proyectos de ley que amplían la capacidad de adquisición de vacunas por parte del Gobierno Federal, en el Palacio de Planalto, en Brasilia, Brasil (EFE/ Joédson Alves).

 

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha vuelto elevar la tensión con el Poder Judicial al avivar el fantasma del fraude electoral e insistir en la necesidad de adoptar el voto en papel, a poco más de un año para los comicios.

El líder ultraderechista, que vive su peor momento de popularidad desde que asumió el poder, sigue empeñado en que el Congreso apruebe una enmienda constitucional para implementar las papeletas como complemento al sistema de urnas electrónicas que rige desde 1996.





El proyecto pretende que el voto que cada elector registra en la pantalla de la urna electrónica sea también impreso en papel y depositado en una urna de metacrilato.

La idea del mandatario es que, en caso de sospechas de fraude en el actual sistema, algo de lo que está absolutamente convencido, aunque asegura no tener pruebas de ello, los sufragios puedan ser contabilizados manualmente.

El asunto, que ya está en manos del Parlamento, donde once partidos que conforman la mayoría mostraron su intención de enterrarlo, ha avivado la crisis institucional entre el jefe de Estado y el Tribunal Superior Electoral (TSE), responsable por los comicios.

Bolsonaro está siguiendo el ejemplo del expresidente de Estados Unidos Donald Trump (2017-2021), “que es hacer que una gran parcela de la población no crea en la honestidad del proceso electoral”, explicó a Efe Sérgio Praça, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Sao Paulo (USP).

DOS HORAS SIN APORTAR PRUEBAS

Bolsonaro dio un paso más en su retórica antisistema al transformar su tradicional directo de los jueves vía redes sociales en un evento de ámbito nacional que fue transmitido por la televisión pública brasileña.

Asimismo, convocó a la prensa que tanto denosta con la promesa de presentar pruebas del supuesto fraude que, según él, ocurrió tanto en las elecciones de 2014, que ganó entonces Dilma Rousseff (2011-2016), como en las de 2018, que lo entronizaron a él.

Después de dos horas de discurso, no presentó prueba alguna y afirmó apenas tener “indicios” del presunto fraude.

La defensa de su tesis se basó en videos caseros de brasileños que tuvieron problemas para registrar su voto, ya desmentidos en varias oportunidades por las autoridades, y en el testimonio, entre otros, de un astrólogo que hace acupuntura en árboles.

Buena parte de su discurso lo reservó para atacar al presidente del TSE, el juez Luis Roberto Barroso, al que acusó de querer favorecer al que previsiblemente será su principal adversario en las elecciones de octubre de 2022 y por el momento líder en los sondeos de opinión, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

En paralelo, el TSE desmintió en tiempo real cada una de las alegaciones de Bolsonaro con una batería de mensajes publicados en sus redes sociales, que también replicaron los canales oficiales de la Corte Suprema.

RECHAZO DE ALGUNOS SECTORES POLÍTICOS

Diversos sectores políticos, desde la izquierda hasta el centro-derecha, condenaron la alocución del mandatario. Uno de los más duros fue el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que disputó el balotaje de las elecciones de 2014 denunciadas por Bolsonaro.

En una nota, calificó de “patéticos” los argumentos del capitán retirado del Ejército y afirmó que lo único que fue probado es que Brasil tiene un presidente proclive a “paranoias y teorías de la conspiración”.

Sin embargo, Praça, profesor en la escuela de Ciencias Sociales de la Fundación Getulio Vargas (FGV), cree que la campaña contra el actual sistema electoral es “muy preocupante” porque el mandatario ha conseguido colocar en el centro del debate una discusión que era “marginal” hace unos años.

“Bolsonaro y sus aliados, es decir, parte de los militares y los políticos de su base, están generando una incertidumbre de cara a las próximas elecciones gigantesca y sin precedentes en la historia democrática de Brasil”, sentenció.

La cruzada del jefe de Estado se examinará este domingo en las calles del país, cuando movimientos bolsonaristas, los mismos que se manifestaron contra las medidas para combatir la pandemia del coronavirus, han convocado protestas en varias ciudades en pro del voto en papel.

EFE.