Javier Somalo: España, madrina del comunismo

Javier Somalo: España, madrina del comunismo

Sanchinflas volvió de su gira audiovisual sin ser recibido por nadie remotamente cercano a Biden. Según nuestro presidente, no iba a eso, que si no… Pero el caso es que la administración estadounidense sí ha querido dirigirse al gobierno de España. Empieza a dar miedo tanto comunismo.

De entrada, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, telefoneó al nuevo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, para felicitarle por sustituir a Arancha González Laya, la de las “gangas” chinas, en la cartera de Exteriores y, de paso, para ver cómo anda España respecto a Cuba, Venezuela o Nicaragua. Blinken buscaba aliados firmes para aumentar la presión internacional —al modo demócrata— contra el régimen de La Habana y su acelerón represor, pero también para poner en común la necesidad de elecciones de verdad en Venezuela o “las preocupaciones” en torno a Nicaragua. ¿Sabrá Blinken que Top Gun Sánchez va en Falcon gracias, entre otros, a un partido bolivariano que tenía despacho y sueldo en el Palacio de Miraflores y que lloró amargamente las muertes —en la cama— de sus comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro?

En todo caso, parece que Supermán no está por la labor de afear a los comunistas —su vicepresidenta lo es—sus maneras. Ya se sumará a lo que diga la Unión Europea, que en esto ya se sabe que es muy eficiente y, por lo tanto, jamás hará cosa que pueda incomodar a los “gorilas” americanos, nada que pueda cambiar el origen asumido de la infamia: que todo está justificado. Que la guerrilla como credo, el terrorismo como bandera, el narcotráfico como banco central y, por supuesto el comunismo represor como única forma de gobierno son una respuesta lógica porque ellos vivían en paz con la Tierra y con sus semejantes —¿sin esclavos, sin torturas, sin genocidios, sin sacrificios ajenos?— hasta que llegaron los sanguinarios invasores, españoles principalmente.





Y así, parece que Europa acepta y hasta promueve que América se llene de caudillos, más o menos manejables, que se conjuran en una eterna venganza impune contra el resto del mundo por haber violentado su salvaje y ancestral armonía. Y España, ayer callada y hoy encantada de convertirse en su aeropuerto. En breve cambiaremos las horrorosas y capitalistas bases americanas por bases bolivarianas sostenibles. Al tiempo.

Lo de Blinken ha caído en saco roto pero esta semana hubo más contactos y referencias algo más molestas del entorno de Washington con el de Pedro Adonis. Es el caso del senador Robert Menéndez, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, y que este miércoles se dirigió a España durante un discurso ante el Pleno en el que se explicaban las medidas que debe tomar el gobierno de Estados Unidos para apoyar la democracia en Cuba.

Recordó el senador que veinte países se habían unido a EEUU para reprobar la escalada represiva de Díaz-Canel y lamentó la sonora ausencia de España, además de otros países como Canadá o Alemania:

“¿A España le importan más las inversiones hoteleras que los derechos humanos del pueblo cubano? ¿Les importan más los negocios en la isla que la libertad y la democracia del pueblo oprimido?”.

Eso sí, Bob Menéndez, de padres cubanos, dice que no habrá intervención militar en Cuba por el simple hecho de que hasta ahora no la ha habido.

“Ni los más anticomunistas… Reagan, ni Bush, ni Trump, nadie ha considerado eso, así que vamos a dejar eso a un lado porque eso es lo que quieren los fidelistas, quieren promover eso… que hay una intervención militar”.

No hacer algo porque no se ha hecho antes es un argumento de lo más condenatorio que tendría a la humanidad en las cavernas, pero al menos Bob Menéndez quiere llamar la atención contra el castrismo y rechaza de plano la Leyenda Negra, cosa de la que rehúyen siempre Rodolfo Valentino y su variable pandilla de La Moncloa.

Otro senador, el republicano y habitual anticastrista Marco Rubio, también lamentó que España no estuviera en la condena a la dictadura cubana. Qué curioso, un gobierno que hace una Ley de Memoria para condenar una dictadura que terminó en 1975 se escabulle de levantar la voz contra otra que lleva viva 62 años. A Marco Rubio no le extraña como tampoco le engañan demasiado las apariencias del gabinete Biden, cortitas de miras por no parecer republicanos. Pero tocaba llamar la atención a España, que ni eso disimula, y Rubio no ahorró gravedad:

“A todos aquellos que creen y tienen fe en la comunidad internacional, y todavía tengo la esperanza de que algún día esta vuelva a funcionar, díganme, ¿dónde está España? ¿Dónde está la UE? ¿Dónde están todos estos países que durante años han dado amparo y protección al régimen cubano y condenado a América?”.

España y la UE están donde acostumbran desde hace muchos años respecto a Cuba y otras dictaduras: en el silencio y la ceguera que dan paso a la admiración y la colaboración necesarias. Años 30 otra vez.

Cae Perú. Narcotráfico, terrorismo… comunismo

Parece claro que España hace las cosas complicadas en el seno recóndito de la UE y no es capaz de decir ni pío cuando le preguntan sobre dictaduras asimilables, que es casi como si se le pidiera que condenara su futuro.

Sí hablan, en cambio, del nuevo amanecer peruano. El del sombrero chotano viene del campo y es un tipo genial y sencillo que, como dice Monedero, gobierna “para los de abajo”. Otro Fidel, Raúl, Hugo, Nicolás, Evo… Pedro Castillo. No falta el narco, ni el terrorismo, ingredientes ya fundacionales del nuevo comunismo indigenista que odia a muerte a España y a EEUU y lo reconoce en la toma de posesión con el rey Felipe VI de invitado obligado por el gobierno socialcomunista español.

En el detallado y certero despliegue informativo y documental elaborado por Libertad Digital se puede atisbar lo que les espera a los peruanos de bien, nada que no sepan ya, y lo que nos aguarda a todos si esta variante vírica sigue descontrolada, consentida y agasajada en Europa. Vladimir Cerrón, secretario general de Perú Libre, es el bulldozer que eliminará cualquier obstáculo por democrático que sea, o precisamente por eso. Para qué un Parlamento si está la calle, que es el poder paralelo, que no requiere recuentos ni pérdidas de tiempo. Guido Bellido Ugarte, admirador de Fidel Castro y sincero divulgador de sus homofobias más revolucionarias, defensor de Sendero Luminoso será primer ministro de este peligroso gobierno. España, oficialmente, lo ha bendecido. Unos por obligación y otros por auténtica devoción.

Cuba, Venezuela, Nicaragua, Perú… Nos piden firmar contra un cambio climático que, de existir, no se pararía porque nos empeñáramos. Pero nadie quiere luchar contra el comunismo, que es tan real como dañino y que sí está en nuestras manos eliminar. Provoca más muertes y mucho más indignas y está ahí, a la vuelta de la esquina, donde lleva más de cien años. El comunismo no se irá, hay que echarlo de todas partes, también de la España cómplice. Si no lo hacemos, sufriremos todos sus rigores.


Este artículo se publicó originalmente en Libertad Digital el 31 de julio de 2021