Abraham Sequeda: Fin de la violencia en Venezuela y la defensa de Occidente

Abraham Sequeda: Fin de la violencia en Venezuela y la defensa de Occidente

Si existe alguna condición característica de Venezuela en la actualidad, es la violencia. No es ni por un instante una violencia que se limita a lugares “peligrosos”; es decir, zonas pobladas en distintas ciudades o regiones, controladas por bandas delictivas; por el contrario, la violencia proviene directamente desde la estructura que controla el poder e institucionalizado a través del Estado.

Esta violencia se ejerce en cualquiera de las operaciones o procedimientos y de forma permanente por grupos gubernamentales, funcionarios públicos con el respaldo de dichas “instituciones”, un componente inconstitucional como la milicia y por sub especies de la población armados y con libertad para accionar en contra de los ciudadanos; pero todos en común, sin un responsable directo, estos se mimetizan con la población civil para liberar de responsabilidad a los operadores de esa violencia, para limitar a los ciudadanos venezolanos.

El exterminio de toda capacidad del individuo alcanza hasta los ámbitos educacional, instituciones de salud, empresarial y hasta electoral. Las oportunidades o derechos de los ciudadanos decentes llegan hasta donde se establecen los intereses de los grupos de poder dominantes. Con el propósito de servir de centro para una ruta de financiamiento, países dentro y fuera de la región, como símbolo hegemónico trasladan ideologías de pacotilla, mientras ellos y su nacionalismo, ven a Venezuela y a la América del Sur, como un territorio para el ingreso de todo tipo de productos chatarra.





Un pacto de no agresión ha sido impuesto, desde los países libres occidentales mientras la sombra del socialismo y totalitarismo avanza. La historia contemporánea ha dejado testimonio, de que, permitir la instalación de fuerzas del mal representadas por gobiernos déspotas, al margen de la ley y que toman control de sus países, al final los problemas son mucho mayores y con pérdidas humanas cuantiosas. Tampoco es secreto que pequeños grupos económicos, y algunos gremios hacen lo propio para convivir con la maldad.

Occidente debe defenderse y nosotros formamos parte de esa defensa. Nada ocurre por casualidad y la misión de transformar a Venezuela en un país libre, con valores republicanos, humanos y bienestar, es urgente.