Luis Barragán: De la Ciudad Universitaria

Luis Barragán: De la Ciudad Universitaria

Luis Barragán @LuisBarraganJ

Proyecto que lo antecedió, aunque tuvo la fortuna de construirlo, supervisarlo e inaugurarlo, Pérez Jiménez celebró la nueva sede de la Universidad Central de Venezuela (UCV), creyendo que bastaba para atenuar o liquidar la legítima protesta que su régimen suscitaba. Expuso también una distinta experiencia citadina de expansión hacia el este, explicándose, como igualmente sucedió con el centro histórico de la Caracas, a través de la casa de estudios que no logró convertirla en su campus, como le ha ocurrido a Mérida.

 La ciudadela de Carlos Raúl Villanueva, convertida el aula en todo un universo artístico, paciente y tratante de las realidades nacionales, fue reconocida como patrimonio cultural de los venezolanos, en 1994. Y para el año 2000, gracias a las precisas y esmeradas diligencias de coterráneos con una profunda vocación ciudadana, la UNESCO la elevó a patrimonio cultural de la humanidad, razón más que suficiente para preocuparnos, por la situación actual del magno recinto que conjuga al mismo tiempo nuestro pasado, presente y futuro.

Consabido, la universidad ha sido tomada de hecho por el régimen, arbitrando los recursos que le ha negado estratégicamente por todos estos años. No existe suficiente información técnica y financiera de los trabajos que realiza, negada la exclusiva competencia del alma mater para decidirlos en clara reivindicación de su autonomía.

La Asamblea Nacional, en su jubilosa sesión extraordinaria del 22/ 12/ 2000, vista la declaración de la UNESCO, exhortó al Ejecutivo Nacional para la constitución de un fondo de preservación de la Ciudad Universitaria de cuya existencia ignoramos. La plenaria, luego, hizo caso omiso del llamado de atención o de la temprana advertencia que lanzó la Oradora de Orden, arquitecto Paulina Villanueva: “Igualmente, terminadas las celebraciones, tendremos que enfrentar la responsabilidad de preservar un patrimonio que debe mantenerse vivo y, por tanto, en pleno funcionamiento; pero al que también debemos considerar como experiencia singular, acotada y con unos valores propios atrapados en el tiempo y el espacio. Aquí se abre un campo de discusión acerca de las posibilidades de intervención y los planes de restauración y mantenimiento”.

Respecto a los recursos destinados o presuntamente destinados a las universidades, por todos estos años, al régimen le ha interesado una suerte de confusión perpetua para el juego táctico contra sus demandantes. Recordamos, con motivo de la discusión en torno a la solicitud de un crédito adicional que benefició a una institución educativa militar, nuestra observación sobre el presupuesto universitario y, concretamente, el de la UCV, excediéndose en sus competencias la dirección de debates al comentarla meramente, sin entrar al fondo de nuestros alegatos (https://www.youtube.com/watch?v=faHOSuI0NPc).

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