Abraham Sequeda: Las subespecies en grupos de poder y los acuerdos para elecciones montadas

Abraham Sequeda: Las subespecies en grupos de poder y los acuerdos para elecciones montadas

Posiblemente 100 años no serán suficientes (y menos 22) para comprender los procedimientos de los que pueden valerse unas subespecies de la población sobre la base de que todo es posible y, de forma ilimitada, a través de la depredación de los recursos de un país a cuenta de que esos grupos de bandidos se han investido de autoridad o de dirigencia política.

El poco rasgo de economía predominante se escuda en las transacciones con el dólar, su “devaluación” programada en ciclos, cuyo porcentaje de pérdida de valor del bolívar ya no significa nada. Esto solo sirve para la primera subespecie (estructura que controla el poder central) en obtener un diferencial cambiario para pagar los sueldos y los “bonos de la patria”.

Buena parte de sus ingresos proviene además, de eso llamado PETRO, que desangra lo que quiere crecer como emprendimiento, el cual es utilizado como mecanismo encubridor a sus congéneres que ahora deben “invertir” el mismo dinero sucio, aquí en el país.





La segunda subespecie de la población: un conjunto de funcionarios igualmente sin legitimidad, totalmente anarquizados en sus procedimientos menos uno, el de también utilizar fondos de la nación para sus fines personales y electorales, con complacencia de sus homólogos del poder central, para hacer el juego perfecto de las venideras “elecciones regionales”.

Como decoración de este fin placentero para unos y catastrófico para muchos, la tercera subespecie, un grupo de “dirigentes políticos” venezolanos, se asoman nuevamente para recibir el mismo tratamiento acostumbrado por parte de la estructura que controla el poder central, los de la maldad e íconos de la autodestrucción de una sociedad, la barbarie, la pedantería y la mediocridad prediseñada.

Para estos “dirigentes políticos” que pretenden utilizar un mecanismo para la resolución de conflictos como es una negociación, pero con individuos al margen de la ley y violadores de derechos humanos, en una guerra solapada en algunos ámbitos y, muy abierta en otros. El desenlace es previsible y, el objetivo máximo de todo ciudadano venezolano, que es la libertad, quedará en planos secundarios.

La “representación política de oposición” va, pero con una “pequeña” falla, son negociadores sin ninguna posición de ventaja. Primero, debes ganar esa batalla en las mentes y corazones en la población (no se tiene), para poder llevarla a cabo luego. Así también, tener previamente una posición de ventaja y con antelación, proveer una propuesta de rendición incondicional (no existe). Lo demás es propaganda y búsqueda cargos.

¿Qué ciudadano puede confiar en una u otra subespecie de la población si los mueve en común la utilización de recursos de la nación, sin el mayor escrúpulo, causando además un incremento del endeudamiento del país y sufrimiento a las personas y desmoronamiento de la sociedad?

A Venezuela le ha llegado un momento muy interesante. ¿Será posible que los ciudadanos decentes, seres humanos venezolanos que sienten y padecen todos los días del mundo sin más remedio, las calamidades, la depredación, pero también la burla de las subespecies, sigan soportando esta situación?

Desde el punto de vista económico, seguro que no, y desde un punto de vista político, aún está por verse.

@abrahamsequeda