Juan Pablo García: Espíritu de grandeza

Juan Pablo García: Espíritu de grandeza

“Para los vencedores,
historia es la de los grandes
hechos; para los vencidos la que
narra la supervivencia de su grupo”
Yolanda Salas (*)

Estoy francamente admirado por el respeto y la admiración que lo hermanos colombianos rinden hacia Bolívar que obviamente contrasta con el bolivarianismo pendenciero y demagógico del chavismo que ahora trata de sustituir Maduro por el culto hacia sí mismo. Recuerdo mucho lo que ha escrito Germán Carrera Damas al respecto y, por casualidad, en estos días, encontré y releí lo que ha aportado una insigne investigadora como Yolanda Salas. No obstante, encontré una cita que luce oportuna para quienes se empeñan en mirarse el ombligo en la oposición al régimen comunista.

Se trata de dar las grandes batallas cívicas y no olvidar que las grandes mayorías venezolanas han sabido derrotar en las calles a la usurpación. Las grandes y masivas protestas de 2014 y 2017, tan injustamente, las hemos olvidado con una prontitud espantosa, mientras que el régimen todavía insiste en sus victorias pírricas de 2002, 1998 y 1992, cuando se les tuerce el brazo. Por errores garrafales de Nicolás y su combo, les dimos una pela en las parlamentarias de 2015 y a estas alturas, sometidos a la represión, a censura y la catástrofe humanitaria, no han podido vencernos definitivamente. Hemos sido los vencedores en cada oportunidad, pero no hemos podido sellar ese triunfo gracias a lo colaboracionistas y la propia incomprensión del mundo occidental que creen que lo que ocurre en Venezuela y en la misma Colombia, es una nimiedad.





Sin embargo, se ha impuesto la narrativa oficialista y, como si nadie se diera cuenta, Maduro pretende engatusarnos todavía con su victoria presidencial en las urnas al igual que en las supuestas parlamentarias de 2020, hechas a punta de fraude. En la oposición temerosa y acomodaticia, cada quien echa el cuento de sus “hazañas” para preservarse como partidos, deslizándose los alacranes para inventarse unas proezas que jamás existieron; e, incluso, frente a la versión de los hermanos Rodriguez, permitiéndose pedir perdón por un crimen discuido y judicialmente procesado hace más de 40 años, como tuvo la desvergüenza de pedirlo el Burro Martínez en nombre del club de los alacranes. Y es que una oposición real, verdadera y auténtica, consciente de su papel histórico, como lo hizo Bolívar, pasa por encima de las parcialidades y apuesta por la historia patria, la que todavía escribimos y escribiremos, con la monumental gesta de derrotar de una vez y para siempre al comunismo en Venezuela, criminal, gansteril, terrorista. Tengamos espíritu de grandeza.

(*) “Bolívar y la historia en la conciencia popular”, Universidad Simón Bolívar, Caracas, 1987, pág. 139.