Picapedrero: El género epistolar de Héctor Alonso y Ledezma, por Jorge Ramos Guerra

Picapedrero: El género epistolar de Héctor Alonso y Ledezma, por Jorge Ramos Guerra

He leído con atención, un cruce de afectos políticos, aunados a lo personal, entre Héctor Alonso López y Antonio Ledezma, que nos recordó el tiempo en que era usual el género epistolar, no sólo por las distancias, sino para dejar constancias de un modo de pensar y actuar, sustituido ahora por un twitter, que en un segundo llega y se va, propio de la flojera intelectual que azota al mundo, con irresponsable improvisación, para que se haga o no, lo que el interlocutor quiera, –cosa distinta– de la utilización de la tecnología con fundamentos éticos.

En todo caso, hace falta en Venezuela, compilar las epístolas de los grandes hombres y mujeres del siglo XX y XXI, desconocidas y enriquecidas con el mejor pensamiento venezolano, donde son significativas, lo asentado por dos líderes de lo mejor que surgiera, en la juventud de Acción Democrática, después de sus tres cruentas divisiones y con proyección nacional, negándoseles, no un reconocimiento generacional, porque nunca estuvo planteado en esos términos, el planteamiento de una necesaria ‘’renovación’’ la llamarón, unos, para nosotros, de exigida revisión programática de la organización y sus estructuras, incluyendo su democracia interna, donde al disenso se respondía ‘’exprópiese’’ para utilizar ese adjetivo arbitrario y autocrático de la ‘’robolución’’ chavista.

Héctor Alonso López se siente agradecido, cuando Ledezma le dice…”fue un timonel exitoso del movimiento juvenil que vio frustrado el ascenso a la Secretaria General de Acción Democrática, hecho que cambió de alguna manera la historia del partido y del país” y éste reconoce, el último libro de Antonio Ledezma ¿De Dónde Venimos y Hacia Dónde Vamos? Que de por sí, es atractivo y profundo, en cuanto a las respuestas en el acontecer histórico, pasado, presente y por venir, si nos ajustamos a la tesis de Braudel y el tiempo histórico <> lo que hace ya, cuarenta años, en las vidas políticas de López y Ledezma, que no pueden circunscribirse ¿a lo que pasó, sino ¿al por qué pasó?





Y me atrevo al análisis de esas epístolas, porque les conozco y me consta, que ya en su madurez, lucen sobrevivientes de una ‘’inflación’’ política degenerativa dirigencial (el termino económico, encomillado no es mío, sino del doctor Tulio Chiossoni) y veamos… “No quiero jugar a “lo que hubiera sido y no fue” dice Ledezma, advirtiendo en su imaginación, la tragedia con la defenestración del Presiente Carlos Andrés Pérez, donde disentimos, al no observar la ‘’autocritica’’ tan necesaria en todo momento y porque si alguien estuvo obligado, a un proceso de renovación o revisión en Acción Democrática, desde su primera presidencia, al darse a conocer el ‘’Documento Principista de la Juventud de Acción Democrática’’ en 1975, era precisamente el Presidente Pérez y su generación, quienes no entendieron los nuevos tiempos y Humberto Celli, sería un ejemplo de un ‘’guillotinazo’’, cortando cabezas a los mismos y no dudo de tu apreciación Antonio, que… <> y él te responde con humildad <> concluyendo con expulsiones sin solidaridades, basta de conformaciones o vanos recuerdos Antonio y tú mismo lo sostienes…. <>

De manera que, coincidiendo en ‘’repensar a Venezuela’’ que se olvide Héctor que <<asumí el reto antes, y ahora, ante mi conciencia y mis compañeros, reconozco haber fracasado en el intento y asumo la total responsabilidad>> ¡No fracasaste, fracasaron otros! Aquello fue circunstancial y no puede, no debe esconderse, porque la tarea es a partir, de la madrugada el 21 de noviembre, hora de la cremación, de una oposición corrompida y colaboracionista, uniendo voluntades y con la verdad por delante, vencida o Victoriosa.

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