Científicos italianos viajan a La Palma tras la erupción de Cumbre Vieja para ayudar con monitoreos y análisis

Científicos italianos viajan a La Palma tras la erupción de Cumbre Vieja para ayudar con monitoreos y análisis

Muestras de las coladas de lava del nuevo volcán de La Palma. (EFE)

 

 

 

 

Una decena de científicos italianos, expertos en el seguimiento del Etna, el volcán más activo de Europa, se ha desplazado hasta la isla española de La Palma para ayudar en las tareas más urgentes tras la erupción desatada este domingo, indicó hoy a Efe Gianfilippo de Astis, del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV).

Los investigadores del INGV que “han ido a La Palma, en coordinación con INVOLCAN (Instituto Volcanológico de Canarias) pertenecen a grupos especializados en distintos aspectos que han sido llamados para ayudar en el monitoreo, como tomar muestras o hacer análisis, aspectos ligados a la ayuda más inmediata, pero también para ayudar en las investigaciones más urgentes”, explicó.

El INGV hace el seguimiento de los volcanes en Italia, con especial hincapié en el Etna, en Sicilia (sur), que este martes experimentó una nueva erupción en su cráter sureste, con emisión de cenizas y lava, “la número 50 desde febrero pasado”, cuando el volcán retomó su actividad con “paroxismos que forman columnas” de cenizas y emisiones limitadas de lava.

El Etna y La Palma “se asemejan porque son islas con un cono lateral” con “erupciones explosivas y coladas de lava” y también porque el Etna ha vivido en el pasado episodios como el que se vive ahora en Canarias, con “la apertura de nuevas bocas desde cuotas bajas que, como en España, han golpeado estructuras y asentamientos humanos y campos agrícolas, arrasando todo a su paso”

“Una en particular, considerada histórica y que tuvo lugar en 1669, llegó hasta el mar, hasta Catania, golpeando una ciudad grande, arrasando campos y cultivos y que es lo que, a un nivel menor, está sucediendo en La Palma, con la evacuación de personas y la destrucción de estructuras y edificios”, explicó.

La ultima erupción de este tipo en el Etna se registró en el 2001, “pero hay una gran diferencia porque la cuota era mucho más alta del volcán, de 2.900 metros, con una fractura a 2.100 metros, mientras en 1669 la boca estaba a 800 metros de cuota, mucho más baja, problemática y peligrosa”.

En cualquier caso, en ambos volcanes, la lava “avanza despacio, por lo que raramente supone un peligro para las personas, y hay tiempo para la trasladar a la población, aunque con las casas o los campos no se puede hacer nada”.

Sobre la posibilidad de prever con anticipación el punto casi exacto de las erupciones, como ha ocurrido en La Palma, De Astis destacó que depende del volcán: “No todos son tan ‘amables’ como para avisarnos, pero algunos sí, en particular aquellos en los que el movimiento del magma es bastante lento y se advierten señales, como las deformaciones del suelo”.

“Es el caso del Etna, La Palma, también en Islandia, se registran señales que permiten prever la erupción al menos dos o tres días antes”, mientras que “con un magma más profundo y un conducto abierto, es mucho más difícil”, dijo.

Sobre la posibilidad de que el volcán de La Palma, tras la erupción actual, pase a tener una actividad explosiva regular de baja intensidad, como le sucede al Etna, que lleva más de siete meses continuados de paroxismos, el vulcanólgo dijo que aunque es difícil de saber, es una posibilidad bastante factible.

“Por ejemplo, se ha visto en Islandia que el magma se queda muchas muy cerca de la superficie y se alternan diversas fases eruptivas, algunas con efusiones de lava y otras con explosiones más o menos continuas y rítmicas”.

“En La Palma podría ser así”, afirmó, aunque “hay que ver la evolución de la situación en los próximos días”.

Sobre los intentos de crear un canal para poder dirigir la lava en una dirección y evitar así que arrase los edificios, el experto dijo que los intentos en ese sentido efectuados en Italia no dieron el resultado esperado: “Aquí se hizo en 1983 y fue un éxito a medias porque fue mucho trabajo y luego la alimentación de lava continuó y el canal no pudo acogerla”.

El vulcanólogo destacó a Efe que las erupciones son “situaciones críticas donde el limite entre el éxito y el fracaso cambia muy fácilmente por el comportamiento de la naturaleza” y “la intervención del hombre funciona a veces, si le ayuda el volcán”.

EFE

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