Un habilidoso venezolano, que se había convertido en el azote de los taxistas de la ciudad de Cúcuta, aparece señalado de ser el presunto responsable de numerosos fraudes que sufrieron profesionales del volante que fueron contratados por un pasajero, que al final los despojaba de sus teléfonos celulares y hasta dinero en efectivo, para escapar tranquilamente.
Por Armando Hernández | lanacionweb.com
El sujeto, conocido entre los taxistas como el hombre de los 50 mil pesos, el Mago y el Ingeniero, jamás utilizó la violencia contra nadie y, por el contrario, mantenía un comportamiento tranquilo y amable que le permitía ganar la confianza de sus víctimas, que en la mayoría de los casos terminaban entregando de manera voluntaria y confiada los objetos que el sospechoso les solicitaba.
Voceros de la policía de Cúcuta manifestaron que las investigaciones se iniciaron una vez que se recibiera denuncia sobre las andanzas de un delincuente que solía abordar taxis en la ciudad Cúcuta, haciéndose trasladar hacia diversos sectores. Este hombre mantenía un comportamiento jovial y se ganaba rápidamente la confianza de las personas, que terminaban convirtiéndose en sus víctimas, sin siquiera notarlo. El pasajero, una vez ganaba la confianza del conductor, con algún pretexto, le pedía prestado el teléfono celular y una vez que lo obtenía, bajaba del carro y desaparecía sin dejar rastro. En otras oportunidades exigía que le entregaran cierta cantidad de dinero para realizar un pago urgente, ya que para el momento no contaba con efectivo. Por lo general, casi siempre exigía 50 mil pesos, con los cuales inmediatamente desaparecía.
Los numerosos hechos cometidos por el sujeto obligaron a los taxistas de Cúcuta a organizarse en brigadas de apoyo para tratar de dar con el individuo, y a la policía a desarrollar labores de inteligencia para identificar y capturar al misterioso personaje, cuya imagen había quedo grabada en algunos de los taxis dotados de modernos equipos de seguridad. Se determinó que este hombre respondía al nombre de Pedro González Pineda, de nacionalidad venezolana, quien, de acuerdo a la investigación, supuestamente había llegado a la ciudad de Cúcuta huyendo de la justicia venezolana, que le sigue proceso por varios delitos, entre los cuales figuran violencia familiar, estafa y hurto agravado.
La búsqueda por parte del gremio de taxistas y la policía se prolongó por espacio de varios meses, lapso durante el cual algunos choferes denunciaron haber sido víctimas de las habilidades del sujeto, lo cual resultaba extraño, pues a pesar de saber de quién se trataba y la manera como actuaba, terminaron cayendo en las redes del habilidoso individuo, entregando dinero y celulares. Casi cien taxistas cucuteños aparecen en la lista de afectados.
Finalmente, una comisión de la policía logró ubicarlo y detenerlo en un sector del barrio La Ceiba, en Cúcuta.
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