Las revelaciones de los exámenes psicológicos a los que sometieron a los nazis en los juicios de Núremberg

Las revelaciones de los exámenes psicológicos a los que sometieron a los nazis en los juicios de Núremberg

Los juicios de Núremberg empezaron el 20 de noviembre de 1945 y finalizaron el 1 de octubre de 1946.

 

 

 





 

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la devastación fue tan enorme y los crímenes de guerra tan extensos que las fuerzas aliadas victoriosas determinaron que era necesario imponer algún tipo de castigo a los responsables de engendrar esa maquinaria de destrucción y exterminio contra la humanidad. Así lo reseñó BBC Mundo.

Hubo un tira y afloja entre los aliados sobre qué hacer con los líderes nazis capturados.

En un momento dado había quienes abogaban por ejecuciones sumarias, pero al final se consideró que un juicio realizado por un Tribunal Militar Internacional era importante para educar al mundo sobre lo que había sucedido.

Esos fueron los juicios de Núremberg, que se iniciaron el 20 de noviembre de 1945 y finalizaron el 1 de octubre de 1946, hace ahora 75 años.

Poco se sabe, sin embargo, de un extraordinario proceso de análisis psiquiátrico y psicológico de los prisioneros que se llevó a cabo paralelamente para tratar de encontrar los orígenes de su maldad.

Horas y horas de entrevistas, exámenes y observaciones generaron un sinfín de documentos que quedaron en el olvido y que en 2016 fueron rescatados en un libro titulado “Anatomía de la maldad: El enigma de los criminales de guerra nazis”.

Contacto íntimo con la “maldad”

El Palacio de Justicia y la prisión de Núremberg habían sobrevivido el bombardeo aliado.

 

Núremberg fue escogida como sede de los juicios por su valor simbólico ya que esta ciudad en Baviera había sido escenario de los multitudinarios desfiles y mítines políticos de los nazis en la antesala de la Segunda Guerra Mundial.

Pero también había una razón pragmática: contaba con un Palacio de Justicia que milagrosamente había sobrevivido al bombardeo aliado y en el que se instalaría el Tribunal Militar Internacional, y una prisión anexa que permitía la segura reclusión y vigilancia de los acusados que serían enjuiciados.

El primer proceso fue contra 22 miembros de la cúpula nazi y, aunque los fallos estaban prácticamente cantados (12 de ellos fueron condenados a morir en la horca), también hubo un llamado para realizar una investigación psicológica de los prisioneros para tratar de entender el origen de su maldad y los motivos de los horrores que cometieron.

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