Interrumpir un embarazo no planificado continúa siendo un punto de confrontación en Venezuela, pues aunque las leyes lo prohíben y es considerado un delito, esto no ha hecho que se deje de practicar de manera clandestina en viviendas e incluso consultorios médicos, situación que además puede generar afecciones a largo plazo a la salud de la mujer.
Aunque existen infinidad de métodos anticonceptivos que si se usan de manera responsable impide a las mujeres quedar embarazadas, la efectividad de estos no es del 100%, situación que afecta en su mayoría a familias de escasos recursos económicos y con un elevado número de hijos, lo que los lleva a cometer el delito.
Con el uso de pastillas, brebajes y otros métodos caseros muchas mujeres deciden poner fin a la vida que crece en sus vientres producto de relaciones sexuales consentidas, pero sin ningún tipo de protección.
Acuden al mercado ilegal de medicamentos, donde el producto puede llegar a costar hasta 200 mil pesos colombianos o 52 dólares, pues los bolívares no son bien vistos por los contrabandistas.
Desde La Prensa del Táchira, contactamos a dos personas que se dedican a la práctica ilegal del aborto en la entidad, quienes manifestaron de manera muy natural cómo sería el procedimiento a efectuar.
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