¿Restos extraterrestres o fósiles vegetales?: La discusión científica por los vidrios de silicato hallados en el desierto de Atacama

¿Restos extraterrestres o fósiles vegetales?: La discusión científica por los vidrios de silicato hallados en el desierto de Atacama

Una nueva investigación encuentra que el vidrio de silicato oscuro esparcido por una vasta franja del desierto de Atacama

 

Investigadores chilenos nuevamente analizaron los trozos de vidrios de silicato que datan de hace 12.000 años y que se encuentran esparcidos en una franja de 75 kilómetros en el desierto de Atacama, al norte de Chile. Los expertos concluyeron que las muestras contienen diminutos fragmentos de minerales que suelen hallarse en rocas de origen extraterrestre, pero pueden corresponder también a fósiles vegetales.

Por infobae.com





Un estudio publicado recientemente en la revista Geology, señala que dichos minerales coinciden con la composición del material devuelto a la Tierra por la misión Stardust de la NASA, que tomó muestras de las partículas del cometa Wild 2. Por lo mismo, un grupo de expertos concluyeron recientemente que los minerales encontrados en las muestras provienen de un objeto extraterrestre, posiblemente un comenta, que explotó cerca de la superficie y cuyos restos precipitaron derretidos sobre la tierra.

Uno de los participantes en este estudio es Pete Schultz, profesor emérito del Departamento de Ciencias de la Tierra, Medio Ambiente y Planetario de la Universidad de Brown. El académico explicó que “esta es la primera vez que tenemos evidencia clara de vidrios en la Tierra que fueron creados por la radiación térmica y los vientos de una bola de fuego que explotó justo sobre la superficie”, añadiendo que “para tener un efecto tan dramático en un área tan grande, esta fue una explosión verdaderamente masiva”.

En el estudio participaron además el Centro de Ciencias Fernbank en Georgia, la Universidad Santo Tomás de Chile y el Servicio de Geología y Minería de Chile, quienes realizaron análisis químicos a docenas de muestras tomadas de depósitos de vidrio en la región, recogidas en unos 75 kilómetros en el desierto de Atacama al este de Pampa del Tamarugal, una meseta ubicada entre la Cordillera de los Andes al este y la Cordillera de la Costa al oeste.

Los expertos encontraron minerales como circones que se descompusieron térmicamente para formar baddeleyita, transición mineral que ocurre en temperaturas que exceden los 1.650 grados Celsius. “Esos minerales son los que nos dicen que este objeto tiene todas las marcas de un cometa”, planteó el geólogo planetario del Fernbank Science Center y coautor del estudio, Scott Harris. A su juicio “tener la misma mineralogía que vimos en las muestras de Stardust contenidas en estos vasos es una evidencia realmente poderosa de que lo que estamos viendo es el resultado de un estallido de aire cometario”.

Una conclusión diferente es la que llegó el equipo del que fue parte la académica del departamento de ciencias geológicas de la Universidad Católica del Norte e investigadora del Instituto Milenio de astrofísica, Millarca Valenzuela. La experta explicó a Infobae que “sacamos muestras de las localidades con un equipo de franceses expertos en paliomagnetismo, que estudia el campo magnético en diferentes edades de la tierra, porque los minerales se orientan respecto a dónde estaba el norte magnético en el momento que crecieron. Ese es un criterio muy fuerte. Hicimos ese análisis y datamos con carbono 14 los sedimentos que estaban justo debajo de los vidrios y nuestra hipótesis también era que se trataba de explosiones en el aire de materiales extraterrestres, pero la suposición extraterrestre se nos fue a las pailas con los datos obtenidos”.

“Es bien terrestre la explicación que le encontramos”

La investigadora explicó que “cuando vimos los datos que dieron del norte magnético que tenían esas rocas asociadas a esos minerales magnéticos, se separaron en dos grupos, como de dos eventos en diferentes momentos, y justamente los impactos del exterior no van a ocurrir en el mismo sitio, el mismo evento y con el mismo efecto”, concluyendo que “los vidrios fueron formados en diferentes momentos, entonces tuvimos que rechazar esa hipótesis y buscar una nueva solución a su origen”.

Lo que encontraron fueron “capas de un tipo de plantas que tenían mucho sílice, y que casi todos los afloramientos de estos vidrios fueron asociados a los lugares que eran húmedos en esa época, estamos hablando de 12.000 años, entonces eran lugares con plantas y que probablemente se generaron incendios in situ que ardieron en este tipo de plantas que tenían alta cantidad de sílice, que es lo que tienen los vidrios, o sea que habrían contribuido a generar estos vidrios producto de esta configuración de lugares con vegetación y con incendios como no controlados. La verdad es que es bien terrestre la explicación que le encontramos”. Añadió que la conclusión del otro equipo se basa en que que “encontraron materiales que son asociados a meteoritos pero que no son exclusivos de ellos, como platino, cromo, níquel o hierro”.

Valenzuela explicó que “hicimos análisis en tres grandes depósitos e hicimos todas estas mediciones para evaluar el comportamiento de las muestras en general que se separaron inmediatamente en dos grupos temporales y de campos magnéticos, que te dicen finalmente que hay una diferencia de dos mil años más o menos entre unos depósitos y otros, y eso es bastante contario a la hipótesis de que fuera un evento de un impacto”.

La experta señaló que ambos estudios “observamos los mismos efectos asociados a una fecha y temperatura, solo que por ejemplo para ellos las cosas ocurren en un segundo y los vidrios no estaban asociados solamente a esos depósitos de plantas, sino que también a tierras cocidas, algo así como ladrillos que se cocieron producto de la temperatura por el suelo arcilloso, y eso no se genera en segundos”.

Explicó además que “ellos basan más que nada sus evidencias en cosas muy microscópicas y nosotros tenemos una visión más regional”. La experta concluyó que “nuestro paper salió publicado el 2017, y en su paper ellos hablan un poco de nuestro trabajo, afirmando que “nuestro grupo no tiene en consideración que puede afectar esas altas temperaturas el campo magnético local, pero eso es imposible si uno compara la misma señal paleomagnética que tienen esas tierras cocidas, que es imposible generarla en segundos que es a lo que atribuyen ellos a procesos que ocurrieron como muy instantáneamente. Ahí hay harto todavía que debatir y es entretenido tener una visión diferente y lo más probable es que en los congresos nos encontremos y podamos debatir, así es la ciencia”, concluyó.