“Lloré todos los días”: Conmovedor relato de una estadounidense que fue obligada a dar a su bebé en adopción

“Lloré todos los días”: Conmovedor relato de una estadounidense que fue obligada a dar a su bebé en adopción

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Nancy Davis Womac espera a que llegue su hija, el 3 de agosto de 2021. Brock Stoneham / NBC News

 

Nancy Davis Womac caminaba de un lado a otro sobre el porche de su casa. Sus manos temblaban de nervios en esa húmeda tarde de agosto mientras miraba fijamente el mensaje de texto que le había enviado la primera hija que tuvo, Melanie Spencer. Estaba a punto de llegar.

Por Noticias Telemundo 

 





Madre e hija nunca se habían conocido.

Hace 43 años, cuando Womac vivía en un orfanato y estaba embarazada, la enviaron al Hogar para niñas de Bethesda, ubicado en las afueras de Hattiesburg, Mississippi. Estaba dirigido por un grupo de pastores bautistas que obligaban a las niñas a memorizar capítulos enteros de la Biblia y a fregar las alfombras a mano. Si rompían alguna regla, les pegaban con tablas de madera.

Los dueños de la casa controlaban cada aspecto de su vida, dijo Womac. Desde la cantidad de papel higiénico que se le permitía usar hasta lo que le iba a pasar a su bebé cuando naciera.

En las décadas de 1970 y 1980, Bethesda obligó a las niñas embarazadas a entregar a sus recién nacidos en adopción a familias cristianas que pagaban un llamado ‘regalo de amor’ de 250 dólares a la casa, según ha revelado una investigación de nuestra cadena hermana NBC News, basada en registros judiciales y entrevistas. Un exfuncionario judicial describió lo que se hacía en esa casa como una “fábrica de venta de bebés”.

Womac tenía 16 años en ese momento y fantaseaba con huir y criar sola a su bebé. Pero siempre cerraban con llave todas las puertas de la casa y ella nunca tuvo una oportunidad.

“Lloré todos los días”, recordó.

Dio a luz en junio de 1979. Nunca se le permitió cargar a su bebé.

Womac creía que no había mucho que pudiera hacer para encontrar a su hija, pero a pesar del paso de los años nunca perdió la esperanza.

Ahora, gracias a una prueba de ADN y una odisea que empezó en 2018, estaba a punto de conocerla por primera vez

“No pasa un día en el que no haya pensado en ti”, le dijo Womac a Spencer, cuando al fin la localizó y se empezaron a escribir mensajes de texto el año pasado. “Hay tanto que quiero contarte”.

Un trauma que perdura

Cientos de niñas sufrieron abusos en la casa de Bethesda. Hace tres décadas una demanda federal y una investigación estatal obligaron al lugar a cerrar sus puertas definitivamente.

Aun así, la sombra del internado persiste.

Más de una docena de mujeres han brindado sus testimonios, muchas de ellas por primera vez, describiendo el trauma con el que han tenido que vivir después de pasar meses encerradas en Bethesda cuando eran niñas. Ellas han contado que sus familias las enviaron allí porque “se habían vuelto muy rebeldes” o las habían encontrado fumando o tomando. Muchas estaban embarazadas.

Para corroborar sus historias, NBC News obtuvo cientos de páginas de registros judiciales y revisó material en archivos como fotos, documentos, periódicos y anuncios, así como entrevistas a abogados que llevaron casos relacionados al hogar para niñas.

Las exresidentes de Bethesda describieron un lugar brutal, donde las niñas eran golpeadas y llamadas “putas” y “rameras”. La comunicación con sus padres o tutores estaba censurada. Y para las que estaban embarazadas, les aguardaba otro trauma: la extracción de sus bebés.

Todo sucedía en secreto. No hubo supervisión del Gobierno estatal, que en ese entonces no exigía que los centros de cuidado infantil se registraran con el estado, y mucho menos que fueran inspeccionados.

Luego, en 1982, las acusaciones de abuso estallaron a la vista del público, en una demanda federal seguida de investigaciones por agentes de asistencia social y funcionarios judiciales.

Las investigaciones de las autoridades y la cobertura mediática del caso se enfocaron en los abusos físicos que sufrieron las niñas, pero ignoraron en gran medida uno de los aspectos más brutales y que ha dejado una huella más duradera en las víctimas: la separación de los bebés de las madres adolescentes.

Según Dan Wise, un abogado que investigó el caso de Bethesda en 1984, sucedieron al menos 100 adopciones en Bethesda.

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