Se creía que era una guerrera de la Edad Media: Sin embargo fue enterrada como persona no binaria

Se creía que era una guerrera de la Edad Media: Sin embargo fue enterrada como persona no binaria

A la izquierda una ilustración de lo que se encontró en la tumba del guerrero no binario, pocos restos óseos y los artefactos. A la derecha una ilustración de como se supone que era el cuerpo completo con toda la vestimenta. Crédito: Cambridge University Press

 

Su cuerpo fue descubierto en 1968 y entonces se creyó que era una mujer. Sin embargo, ahora la ciencia reveló el secreto que ocultaban sus cromosomas

En 1968 se descubrió una tumba medieval en Suontaka Vesitorninmäki, una localidad al sur de Finlandia. En ella se encontraron restos óseos de un cuerpo junto con una espada, un cuchillo enfundado, dos broches, un portador de cadenas y una hoz. Por la ambigüedad de los artefactos encontrados -la mitad relacionados con el género masculino y la otra mitad relacionados con el género femenino- durante mucho tiempo se creyó que la tumba pertenecía a una mujer guerrera. También se encontró una segunda espada, pero el estudio de la Universidad de Cambridge que se dedicó a analizar el hallazgo determinó que esta fue dejada sobre la tumba tiempo después del entierro del cuerpo.

Por Infobae

La tumba de Suontaka se convirtió en un símbolo de las mujeres guerreras de la época medieval y se utilizó para comprender un poco más el rol de las mujeres en algunas sociedades antiguas. Otros, más escépticos con respecto al rol de la mujer en la sociedad medieval, creían más posible que se hayan enterrado dos cuerpos juntos en la misma tumba, uno de un hombre y uno de una mujer, lo que explicaría la presencia de artefactos típicamente relacionados con ambos sexos. Esta teoría, sin embargo, fue desestimada por el equipo de investigación a cargo del análisis de los restos.

Entre 1995 y 2016 la tumba fue parte de la exhibición permanente del Museo Nacional de Finlandia y se mostraba como evidencia de las mujeres líderes en la época y la espada encontrada se convirtió en un símbolo del armamento de las guerreras mujeres. La seguridad con la que se afirmó que se trataba del cuerpo de una mujer a pesar de la dificultad de analizar los restos óseos por su elevado estado de descomposición -sólo se pudo extraer muestras de los fémures, ya que el resto del cuerpo había desaparecido o se encontraba ya muy deteriorado-, se debió a que los broches se encontraban justo por debajo de los hombros, lo que indica que el cuerpo fue enterrado con ropa típicamente femenina. También, el portador de cadenas se encontraba en el pecho, entre ambos broches, y sin cadenas, lo que indica que puede haber sido utilizado como un colgante o un collar; también una prenda típicamente femenina.

Los artefactos hallados en la tumba del guerrero no binario en Suontaka, Finlandia. Crédito: Cambridge University Press

 

Sin embargo, el equipo de Cambridge University liderado por la arqueóloga Ulla Moilanen analizó muestras del suelo y logró encontrar restos de ADN en los huesos que permitían su análisis. Así fue como obtuvieron el resultado que cambiaría completamente el significado de la tumba de Suontaka y abriría la puerta a un sinfín de interpretaciones y de análisis con respecto a los roles de género: la persona enterrada era un individuo con una aneuploidía cromosómica, lo que significa que su composición cromosómica era de XXY -en vez de ser XX como la de los hombres o XY como la de las mujeres. Esta condición es más común que conocida y se encuentra en alrededor de 1 de cada 576 nacimientos de hombres. Sus síntomas varían entre muy sutiles e imperceptibles hasta diferencias físicas notorias. En muchos casos el paciente nunca se entera que tiene esta condición mientras que en otros los signos son más fuertes, como por ejemplo la infertilidad, el tamaño pequeño del pene y de los testículos y un crecimiento de las glándulas mamarias mayor que la norma. Este hallazgo nos indicaría que estamos ante una persona que no se ubicaba en ninguna de las dos rígidas categorías del género binario, pudiéndosela considerar entonces como no binaria.

Este descubrimiento pone el foco en cómo ya en las sociedades medievales habían personas que escapaban a la dicotomía del género y no se encasillaban dentro de ningún modelo determinado. El entierro de esta persona con artefactos típicamente relacionados a ambos géneros nos permite suponer que su condición de género fluido era aceptada por si mismo, en tanto vivía su vida de esta manera, y respetada por sus pares a tal punto que se la respeto hasta a la hora de su muerte. También deja abierta la posibilidad de que hayan existido sociedades medievales, o de distintos tiempos históricos, que tenían un entendimiento del género distinto al que la tradición supone e impone hasta el día de hoy.

 

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