Ángel Lombardi: Dictaduras sin máscaras

Ángel Lombardi: Dictaduras sin máscaras

Todo poder genera ideologías de dominación a partir de la manipulación publicitaria de una población plena de carencias materiales, educativas y psíquicas. Pudiera decirse que con el miedo (amenaza directa) y el temor-difuso (amenaza indirecta, pero probable), las dictaduras permanecen y prolongan al máximo su duración. La ideología ha cumplido su propósito, hacerle creer al “esclavo” que el origen de sus males, no es el “amo” sino un “enemigo” externo multifacético. El yidhajista se suicida en un acto terrorista para combatir el “mal”.

En el caso cubano, nicaragüense y venezolano y de muchos latinoamericanos, el “mal” es el capitalismo y los capitalistas, cuando quién manda en Cuba, Nicaragua y Venezuela son los que tienen el dinero de sus respectivos países. Los Castro y aliados en el poder en Cuba. Ortega-Murillo y su “pandilla”, en Nicaragua. Y, en Venezuela, para nadie es un secreto la existencia de una burguesía emergente chavista. Las dictaduras son pequeñas oligarquías del dinero, por cierto, muy cercanas y vinculadas a la plutocracia financiera global que es el nuevo núcleo del capitalismo mundial, incluidos norteamericanos, chinos, rusos y otros. Todo ello configura un mundo y unas sociedades cada vez más desiguales. Un 30% de la población mundial usufructúa la riqueza del globo y un porcentaje mínimo concentra y controla el dinero de todos.

Frente a este nuevo orden mundial que viene fraguando desde el siglo XX, las ideologías políticas tradicionales llamadas de izquierda, se vaciaron de contenido social y esto ha potenciado el llamado populismo de derecha y de izquierda como movimientos demagógicos-autoritarios y un peligroso resurgir de proyectos totalitarios que empieza a llamarse FASCIOCOMUNISMO, que incluye el neo-nazismo de fuerte impronta fanática racial y religiosa. Todos ellos anti-democráticos y anti-ilustración, en el sentido de pretender cancelar los valores occidentales de libertad, igualdad, fraternidad cuya concreción más visible son los Derechos Humanos y políticas de justicia social y de protección ambiental.





Volviendo a nuestro continente, y en términos políticos y en la reestructuración del orden global en proceso, la democracia es esencial. Con excepción de Cuba, Nicaragua y Venezuela, en el resto del continente funciona una democracia formal electoral con alternancias en el poder. En Cuba, claramente no. En Nicaragua tampoco. En Venezuela quisiera pensar que las negociaciones en México pudieran conducirnos a la vía electoral que permita la alternancia de los gobiernos y la consolidación de las instituciones y su autonomía legal. Las elecciones del 21 de Noviembre es un buen test al respecto, sobre la conducta y el compromiso del régimen con la democracia. No me hago ilusiones, pero me niego a cancelar mis expectativas de “esperanza y cambio” que dicen los publicistas de la campaña electoral en curso, es el sentimiento dominante de la población.

En el plano local del Zulia, creo que hay una gran oportunidad de recuperar el estado en una dirección democrática de oposición y volver a dinamizar la economía en una perspectiva de descentralización y adecentamiento. En el entendido que esto no es posible sino en paralelo con la recuperación de la democracia en Venezuela.

2022-2023 son coyunturas políticas decisivas para que el régimen facilite la transición democrática o decida optar, definitivamente, por el modelo cubano de feroz dictadura represiva “fasciocomunista”, o seguir el ejemplo de Ortega en Nicaragua, que en términos prácticos es lo mismo.