La increíble historia de Mauro Prosperi: Sobrevivió nueve días en el desierto bebiendo orina y sangre de murciélago

La increíble historia de Mauro Prosperi: Sobrevivió nueve días en el desierto bebiendo orina y sangre de murciélago

“Bebí orina y sangre de murciélago para sobrevivir”, dijo Prosperi

 

 

El Maratón de Sables, en Marruecos, es una de las carrera con factores extremos en donde los participantes hacen un recorrido de seis etapas de 250 kilómetros en el desierto del Sahara y los riesgos de muerte son latentes. Así lo reseñó 24Horas.mx.





Entre tantas historias de este Maratón hay una en especial que se ha contado por años, en donde un atleta sobrevivió nueve días en este desierto alimentándose de lo que podía encontrar como sangre de murciélago e incluso bebiendo su propia orina.

En 1994, el atleta italiano Mauro Prosperi participó en el Maratón de Sables preparándose desde tiempo atrás y realizando rutinas que le permitieran soportar la competición.

Aunque trabajaba de policía a caballo en Sicilia, su sueño era ir a unos Juegos Olímpicos y competir en el pentatlón moderno; sin embargo, por motivos políticos y personales no lo logró. Sin embargo, su otro sueño de competir en la competencia de Marruecos sí lo pudo cumplir.

En los primero días de competencia todo era maravilloso, pero al cuarto día, todo se complicó. Era la etapa más larga y difícil de la carrera. Mauro Prosperi entró en una zona de dunas de arena y estaba solo, sus competidores que marcaba el ritmo se habían adelantado.

Se pierde en el desierto

Tras una tormenta de arena, el competidor se sentía agotado por luchar contra el pesado viento, por lo que decidió descansar sin haber completado la etapa.

Prosperi despertó y no sabía dónde estaba. Pasaban las horas y solo veía las dunas a su alrededor. Ya no tenía agua y sus esperanzas se reducían, por lo que decidió orinar dentro del envase para tener reservas.

Tras dos días sin alimentación, encontró tres huevos que recogió y se los comió. Asimismo, visualizó una colonia de murciélagos; a varios les cotó la cabeza, les removió su interior y luego se bebió su sangre.

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