Eduardo Palma tiene toda su vida viviendo en Mata Redonda, una de las comunidades más afectadas por la crecida del lago de Valencia en Aragua. Una micosis, que ya afortunadamente comienza a superar, casi acaba con su salud. Presenta ronchas en todo su cuerpo. “Esto me salió debido a las aguas estancadas que se encuentran aquí donde yo vivo. Esa micosis para ir curándose me costó como tres o cuatro meses, porque cada vez que se inunda la calle, tengo que salir y me contamino”, así contó Palma.
Carmen Elisa Pecorelli // Corresponsalía La Patilla
Esta enfermedad, producida por hongos, es muy frecuente en climas cálidos con alta humedad. Relató Palma que por años fue un hombre muy activo laboralmente, con una de las mejores viviendas de la zona. Sin embargo, el lago y la contaminación han acabado con su estabilidad física y emocional. Su casa está prácticamente destruida por el colapso del sistema de drenaje en el lugar. Los inodoros tapados, el frente de su casa inundado, con cloacas mezcladas con el agua del lago. El mal olor es insoportable.
Este habitante de Mata Redonda afirmó que los médicos les envían las medicinas y los tratamientos, pero el alto nivel de contaminación impide que se cure completamente. Existen muchos casos de vecinos enfermos por la acumulación de aguas negras en la zona. Uno de los más dramáticos es el de una familia donde un hombre padece problemas mentales y su abuela sufre de cáncer.
Su casa es una de las más perjudicadas con las inundaciones. Para llegar a esta obligatoriamente hay que usar botas altas. Estas pésimas condiciones ambientales han empeorado el estado de salud de la familia. Los vecinos han acudido a diversos entes y no hay ningún tipo de ayuda para estas personas que se encuentran en situación especial.
Afecciones respiratorias
“Estamos viviendo una situación devastadora aquí en Mata Redonda”, se quejó Liliana Hernández, quien hasta sangre ha vomitado por una fuerte infección que adquirió por las aguas contaminadas en esa comunidad. Sus padres son propietarios de una vivienda y están en una precaria condición de salud. Mencionó que su papá sufre de asma crónica y tiene infección en ambos pulmones debido a la contaminación. “Está pesando casi 35 kilos y de verdad esto nos preocupa”.
Para llegar a su casa es todo un drama: botas altas, un palo en la mano y piedras para espantar a babas y culebras que bajo el agua atacan a quienes caminan por las aguas estancadas.
Esta joven también contó que la mayoría de las mujeres padecen de infecciones vaginales, tienen problemas en la piel, vómitos, diarreas, dificultad para respirar. Dijo que todas las tardes las cloacas se desbordan.
Gilse Gómez tienen dos niñas muy pequeñas. Ambas con frecuencia presentan infecciones pulmonares y parasitarias. Ella precisó que al consultar con los médicos, estos le dicen que debe mudarse del lugar, porque allí están dadas todas las condiciones para enfermarse. Sin embargo, Gilse manifestó que no tienen posibilidad económica para mudarse y la salud de sus hijas cada día se deteriora más y más.
Quienes allí viven tienen más de 15 años esperando que se ejecute la indemnización ordenada por el Tribunal Supremo de Justicia a favor de quienes allí viven en situación de riesgo. Han sido muchos los problemas que se han presentado para reubicar a los habitantes de la zona. Aún quedan unas 300 familias que deberían salir de esa comunidad, pero están olvidadas por las autoridades.
Pedro Bermúdez habita en Mata Redonda desde hace 40 años. Su esposa falleció recientemente. Dijo que comenzó a deprimirse por la precaria situación donde viven, lo que debilitó su sistema inmunológico. La contaminación afectó a su hígado y murió.
Brillan por su ausencia
En Mata Redonda no se realizan operativos de salud desde hace más de tres años. “Cuando el lago nos está tragando, aparecen todos los políticos para tomarse la foto y decir que nos están ayudando, y eso es mentira. Cuando viene la sequía, ellos desaparecen y no resuelven nada”, dijo Luisa Escalante. Se quejó de que allá no llegan las bolsas de comida Clap, ni gas, ni agua limpia, y menos aún nadie que resuelva el problema de indemnización o ayuda humanitaria que esperan desde el año 2007 por sentencia del TSJ.
Escalante precisó que lo más cercano para resolver cualquier emergencia de salud es el Hospital Los Samanes. Allí no hay ni siquiera algodón. No existe ningún ente que pueda brindar apoyo a las necesidades médicas de esa población, que económicamente no puede pagar por el servicio de salud en una clínica.
Si se presenta alguna emergencia, los mismos vecinos transportan a los enfermos en lanchas, ya que es la única manera de llegar y salir en algunas casas de la zona.
El médico y diputado por Aragua, José Trujillo, reiteró la denuncia de quienes habitan en la comunidad de la Punta y Mata Redonda al sur de Maracay, donde las aguas negras ya circulan dentro de las casas. El parlamentario aseguró que esta situación ha traído como consecuencia enfermedades gastrointestinales, gastroenteritis, diarreas crónicas, dermatitis aguda y graves problemas respiratorios.
Recordó que desde la Asamblea Nacional el año pasado se logró una ayuda que aún no ha podido llegar a las comunidades por diversas razones legales. Instó a las autoridades que de manera directa tienen en sus manos la posibilidad de canalizar la solución del caso, darle celeridad y evitar más situaciones lamentables.