José Ignacio Moreno León: Ángela Merkel, cátedra de honestidad y liderazgo político

José Ignacio Moreno León: Ángela Merkel, cátedra de honestidad y liderazgo político

El pasado jueves 2 de diciembre, con notables índices de popularidad y, luego de 16 años como canciller de Alemania, dejó ese cargo Ángela Merkel. Su despedida fue honrada con un sobrio desfile militar en el patio del ministerio de la defensa, lo que representó el mayor reconocimiento de la fuerza armada de ese país a la brillante canciller, conocida por su fuerte personalidad que le permitió solventar con éxito las diversas situaciones de crisis que tuvo que enfrentar a lo largo de sus cuatro periodos gubernamentales.

Ángela Merkel deja las riendas del gobierno de la más importante nación de la Unión Europea después de una brillante carrera política que empezó a consolidarse como Ministra de Juventud y Familia (1990-1994), y del Medio Ambiente y Naturaleza (1994-1997). Luego de la retirada del veterano líder de la Unión Demócrata Cristiana (UDC) y canciller Helmut Kohl (1982-1998), la Merkel ocupó la secretaria general de ese partido y posteriormente la presidencia de este, cargo al que fue electa en abril de 2000 y reelegida en noviembre de 2002, convirtiéndose así en la líder indiscutible de la democracia cristiana alemana hasta el 2018.

En mayo de 2005 Angela Merkel fue seleccionada por unanimidad como la candidata a la Cancillería por la coalición de la UDC y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) logrando en septiembre el triunfo electoral sobre los socialdemócratas, lo que le permitió, luego de un intenso periodo de negociaciones, convertirse en noviembre en canciller para el período 2005-2009, siendo la primera mujer en ejercer ese alto cargo en toda la historia desde que nació el Estado Alemán (1870) y el primero canciller nacido en la extinta República Democrática Alemana (RDA). Después vendrían los sucesivos triunfos electorales y coaliciones que le aseguraron tres mandatos adicionales hasta el 2017-2021; todos ellos logrados por su carisma y eficiente capacidad negociadora y por su pragmatismo político que la hizo merecedora del calificativo de “la mujer más poderosa del mundo” por la revista Forbes. Igualmente Le Monde, el prestigioso periódico francés llegó a identificarla como un líder político y gobernante con “temperamento de hierro.”

Para el pueblo alemán Ángela Merkel es considerada como un líder político confiable, tan es así que ha tenido que retirarse de la política para dejar de ganar elecciones. Se señala que logró imponer su ideario liberal no solo en su país sino también en Europa. A pesar de que sus políticas fueron adaptándose pragmáticamente según las circunstancias que le tocó enfrentar durante los 16 años continuos de gobierno, Ángela Merkel le deja a su país logros relevantes en términos macroeconómicos, eliminando el déficit público del 3.3% que encontró al inicio de su primer gobierno y alcanzando un superávit de hasta 1.8%, hasta que llegó la pandemia. El paro laboral ha sido reducido del 13% al 6.3%. El PIB per cápita pasó de 34.507 euros a 40.490 en la actualidad. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) que, según Naciones Unidas indica el nivel de progreso de un país y que en 2005 era de 0.908, ya para 2020 había alcanzado 0.949, colocando a Alemania como el sexto país entre los de mayor IDH a nivel mundial. En materia del cambio hacia las energías limpias y renovables se ha logrado incrementar el empleo de estas de 10% en 2005 al 40% del mix energético en la actualidad. Con todos esos relevantes logros Ángela Merkel pudo ubicar y mantener a Alemania como la cuarta economía mundial, después de USA, China y Japón y la tercera en capacidad exportadora.

No hay dudas que la trayectoria política y su desempeño por 16 años al frente de la Cancillería alemana califican a Ángela Merkel como el líder que ha ejercido influencia determinante no solo en su país sino igualmente en la Unión Europea y a nivel global. Se considera que su mayor legado ha sido su estilo sosegado y racional de hacer política, optando siempre por la vía diplomática y la negociación, pero con racionalidad, apego a los hechos y a la ciencia, y siempre destacando por su ausencia de vanidad, por lo que para muchos es un oasis de sentido común que contrasta con impulsivos y testosteronicos líderes emergentes surgidos en los últimos años.(1)

Sus valores personales y su origen familiar han sido determinantes en el desempeño de Ángela Merkel. Hija del pastor luterano Horst Kasner y de Herlind Jentzsch, profesora de latín e inglés, Ángela Dorothea Kasner nació en Hamburgo (RFA) el 17 de julio de 1954 y pasó toda su juventud y formación universitaria bajo el régimen comunista imperante en la Alemania del Este. Hizo un doctorado en química cuántica en la universidad de Leipzig y se desempeñó como investigadora en la Academia de Ciencias de la RDA. A los 23 años se casó con el físico Ilrich Merkel de quien se divorció luego de cinco años conservando desde entonces el apellido de este, a pesar de su segundo matrimonio con el tutor de su tesis de doctorado, el químico Joachim Sauer con quien convive aún en un modesto apartamento en el centro de Berlín. Normalmente aun siendo canciller sus vecinos la topaban haciendo personalmente el mercado doméstico con su esposo, lo que ha sido el reflejo de su vida austera y explica su honesta gestión de 16 años de gobierno caracterizada por la transparencia, ausencia de nepotismo, solidaridad y el ejercicio de los principios éticos enmarcados en el humanismo cristiano que puso en práctica como líder de la Democracia Cristiana y jefe del más importante estado de Europa.

“La democracia también vive de que allí donde el odio y la violencia se utilizan como medios legítimos para los propios intereses, nuestra tolerancia como demócratas encuentra su límite”. Fue ese un significativo señalamiento que Ángela Merkel incluyó en sus palabras de despedida y agradecimiento ante el homenaje que le hicieran las fuerzas armadas de su país a la dama que impuso su liderazgo en Europa y en la Democracia Cristiana mundial, dictando cátedra de inteligencia, honestidad y de pragmatismo político, en una época en la que en regiones como América Latina el déficit de liderazgo, la miopía política y la corrupción destacan desafortunadamente como fatal característica que amenaza la libertad y la institucionalidad democrática. El suicidio político al que se enrrumba la Junta Nacional de la Democracia Cristiana chilena con su apoyo a la candidatura presidencial de la extrema izquierda y del Foro de São Paulo para el balotaje del próximo 19 de diciembre, representa una muestra evidente de la crisis ideológica y de liderazgo que impera en America Latina y que incluye a la corriente política cuyo deterioro contrasta con el brillante desempeño que ha tenido en Alemania la Democracia Cristiana, bajo el liderazgo en las últimas décadas de Ángela Merkel.

(1) Carbajosa, Angela Merkel. Crónica de una era. ed. PENÍNSULA, 2021.

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