Pobre y olvidado por la URSS: El triste final del genio que creó el AK-47

Pobre y olvidado por la URSS: El triste final del genio que creó el AK-47

Foto archivo: ABC

 

Pocas veces dos letras y dos números han sido tan populares en la historia. El fusil de asalto AK-47 es, todavía hoy, el arma más producida del mundo. Los cincuenta millones de unidades que copan Europa, Asia. África y América así lo demuestran. Barato, más simple que el mecanismo de una botija cordobesa y casi tan resistente como una roca, ha conseguido convertirse en una seña de identidad de la URSS desde los años cincuenta. Lo que no logró, sin embargo, fue hacer multimillonario a su diseñador, el ruso Mijaíl Kaláshnikov; algo que él mismo admitió en los noventa: “En este país, los constructores nunca han recibido lo que se merecen”.

Por ABC





Kaláshnikov hizo estas amargas declaraciones al periodista de “Blanco y negro” John Kampfner después de disfrutar de un día de caza con él en 1994.

Una jornada gélida y agradable en la que, como la lluvia, el reportero caló hasta los huesos al anciano y descubrió que pasaba su jubilación olvidado por el gobierno y sin lujo alguno: “Desde hace diez años vive solo, aunque su hija Yelena va por su casa los domingos para hacer limpieza. La sordera aumenta su aislamiento. Aunque a veces parece como si simulara no oír para quedarse solo”. Hacía valer, en definitiva, una máxima que había repetido hasta la saciedad: “No derroches y no te faltará”.

Caza y confesiones

Kampfner acudió a la residencia de Kaláshnikov en una fecha muy señalada: el 11 de noviembre, una jornada después de que el anciano celebrara su septuagésimo cuarto cumpleaños. “Estamos haciendo lo que más le gusta: cazar alces con su hijo, Viktor, y algunos amigos de toda la vida”, explicaba. El día comenzó en una casa apartada de los Montes Urales, en la Rusia Central. Desde allí partieron hacia el bosque. “Él está en el asiento trasero de su vehículo de tracción a las cuatro ruedas, con la vista fija en el pinar nevado que se extiende ante él. Parece sumido en sus pensamientos”.

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