Juan Pablo García: ¡Decidan bien, hermanos chilenos!

Juan Pablo García: ¡Decidan bien, hermanos chilenos!

Sí empezó todo en Venezuela: con la asamblea constituyente, todo se arreglaría de la noche a la mañana. Sólo había que darle oportunidad a una izquierda que denunciaba hasta el hastío la violación de los derechos humanos y se rasgaba las vestiduras si alguien osaba apenas a susurrar sobre un posible aumento de la gasolina. Se les dio el chance en unas elecciones limpias y transparentes. Hugo Chávez resultó el ganador y con muchísima paciencia y habilidad, fue tejiendo su programa totalitario favorecido por los altísimos precios del petróleo, persiguiendo y apresando a sus opositores, riéndose de la Constitución que prefabricó en 1999.

Le recordamos a los hermanos chilenos que la constituyente fue un ardid, una trampa, una embocada obscena y no bastando, Nicolás Maduro inventó otra que ni una Constitución pudo parir. Esa izquierda con más de veinte años en el poder, con piel de oveja, es el lobo campeón en la violación de los derechos humanos, ha quebrado a la industria petrolera, sus agentes están premiados con el negocio de la gasolina a altísimos precio, ha apresado, torturado y asesinado a sus opositores. Aquélla democracia venezolana que les tendió la mano en los oscuros tiempos de Salvador Allende y Augusto Pinochet, no es la misma. Y no digan que Chile, no es Venezuela, porque en Venezuela se decía que no era Cuba, y miren lo que pasó. Mañana dirán que Colombia, Uruguay o México, no son Chile. Y así, sucesivamente, hasta que el Foro de Sao Paulo, Grupo de Puebla, o cualquier nombre que quiera dársele a ese estado mayor de la ultraizquierda antioccidental, bañe de rojo a todo el continente, conspirando con chinos y rusos a Estados Unidos y Canadá.

Votar a Gabriel Boric es hacerlo por Hugo Chávez o Nicolás Maduro. Así de simple. Pregúntenle, hermanos chilenos, a los venezolanos que acogen en su país, qué ocurrió en Venezuela, por qué tuvieron que huir de su propia patria. Imagínense que nosotros recibimos a miles de chilenos que, en buena medida, regresaron a su país cuando se estabilizó y prosperó, porque no olviden que, con todos sus defectos, prosperó en libertad superado pacíficamente la dictadura de Pinochet, después del desastre de Allende y de Fidel Castro que quiso colonizarlos, como hizo en Venezuela. Hoy somos más de siete millones de venezolanos en forzado exilio por razones políticas, económicas y sociales, deseosos de volver a una patria liberada. ¿Quieren ustedes eso para Chile este domingo de elecciones? Voten por José Antonio Kast y si no les gusta su gobierno, tendrán ocasión de elegir a otro. Con Boric impondrán la elección indefinida y pasan décadas para librarse de los comunistas. Por sus hijos, piénselo y decidándolo. Chile por siempre libre !!!