En Lara aparecen brotes de parasitosis, amibiasis y diarrea por consumir agua sin tratamiento

 

La crisis del agua en el estado Lara, acentuada en el último trimestre del año 2021, ha llevado a los larenses, principalmente a los que habitan en comunidades foráneas, a buscar alternativas nocivas para la salud y que ya comienzan a manifestarse, especialmente en la población infantil.





Por Corresponsalía

Cerca del 30% de los larenses no tienen acceso al servicio de agua potable por tubería y por eso acuden al servicio a través de cisternas, los que tienen las posibilidades económicas, pero los menos favorecidos, se surten del agua sin ningún tipo de tratamiento provenientes de quebradas, pozos y represas para poder cumplir con la limpieza de sus hogares, lavar la ropa, cocinar, bañarse, preparar alimentos y, en el peor de los casos, consumirla.

La ausencia del servicio en la región larense también ha sido un factor negativo en medio de la pandemia del Covid-19. Es que para un gran número de habitantes es muy difícil cumplir con las medidas de bioseguridad, como el lavado de manos, lo que contribuye al aumento de contagios en esta entidad del país.

Quienes habitan en los sectores adyacentes al río Turbio en Barquisimeto deben recurrir a viejas prácticas como lavar la ropa a mano y asearse en ríos y quebradas. En la comunidad de Santo Domingo se ha vuelto común ver cómo las personas lavan a orilla del río, escena que se repite en pueblos foráneos del estado como La Pastora y Los Quediches en el municipio Torres.

El régimen no responde

 

 

A final del año 2021, Barquisimeto estuvo marcado por la falta de agua: casi que en el 70% de la ciudad capital carecía del servicio por tuberías, situación que abarcó también a los municipios Morán y Jiménez, quienes se alimentan del agua proveniente del Sistema Alto Tocuyo (SAT), donde ha habido fallas en la aducción, sistema de rebombeo y las innumerables filtraciones que restan presión al caudal de agua que va hacia Barquisimeto, El Tocuyo y Quíbor.

Lo dramático es que no hay esperanzas de que el Sistema Alto Tocuyo funcione óptimamente, pues de cinco motores instalados, a duras penas funcionan tres y los mismos son insuficientes para bombear agua a esos municipios de la región.

La hidrológica del estado Lara (Hidrolara) no ha sido transparente en la transmisión de la información sobre la situación actual en el SAT. Así lo han señalado representantes del Colegio de Ingenieros de Lara, quienes aseguran que para que este sistema pueda funcionar de manera adecuada debe tener, al menos, 4 motores de 3.000 HP en Alto Tocuyo y dos de 750 HP en la planta de tratamiento, ubicada en Barquisimeto.

Para el ingeniero Julio Gutiérrez, presidente encargado del Colegio de Ingenieros del estado Lara, el SAT no está funcionando en un 100%, asegurando que el sistema está trabajando en condiciones inadecuadas, es decir, solamente hay dos motores operativos.

Gutiérrez fue enfático al decir que los motores en ambas plantas deben trabajar de manera alterna para que se le pueda hacer mantenimiento preventivo y no correctivo, que es lo que está ocurriendo en la actualidad. Esto implica que cerca del 80% de los guaros no reciban el servicio con normalidad, pues apenas se bombea aproximadamente 1.180 litros de agua por segundo.

Protestas sin respuestas

 

 

Las manifestaciones para exigir la regularización del servicio de agua a la Gobernación chavista de Lara, no se han hecho esperar. Apenas comenzando el año, se han registrado en Barquisimeto unas 50 protestas, algunas en sectores ubicados al oeste de la ciudad, pero estas manifestaciones no surten ningún tipo efecto entre los representantes del régimen en Lara. A los afectados no les queda más que sortear entre comer o comprar agua a precios exorbitantes a cisternas, ya que el Ejecutivo regional tampoco cuenta con planes de contingencia que les permitan a los ciudadanos paliar la situación.

Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, el estado Lara fue la región que más protestas registró en el primer semestre del año 2021, con casi 300 manifestaciones de calle, en su mayoría para exigir servicios básicos de calidad.

Sin embargo, hasta el momento el problema persiste, convirtiendo a la entidad centro occidental en una de las primeras regiones de Venezuela que no garantiza el servicio de agua a sus habitantes, situación que acentúa el descontento entre la colectividad en general, que ignora la información real de lo que sucede en los diferentes sistemas de aducción del estado.

Entre tanto, la negligencia por parte de las autoridades chavistas pone en vilo la paciencia de los larenses, quienes ya han manifestado que de no recibir una solución inmediata, procederán a tomar acciones más radicales.

Sin calidad de vida

 

 

Quienes residen en los lugares más recónditos de la entidad, están en peores condiciones y ven mermada su calidad de vida que parece haber retrocedido unos 60 años, ya que deben valerse de bestias para montar los recipientes y recoger agua de los ríos. Otros sencillamente deben caminar kilómetros con envases de hasta 50 litros a cuestas para tener con qué cocinar.

El desgaste físico es elocuente en las personas de la tercera edad, que junto a los niños, son las que mayormente se observan recolectando agua de tomas, quebradas, pozos, represas y fincas. En el caso de los niños, la mayoría de ellos no asisten a la escuela, pues al no tener acceso a este esencial servicio, deben colaborar en el hogar transportando el agua.

Clementina Villanueva, habitante del sector Santo Domingo, a orilla de la avenida Ribereña, quien además es madre de una niña con condición especial, narró el calvario que padece para obtener agua. En esa comunidad no tienen acceso al servicio por tubería, por lo que deben adquirirla a través de cisternas, pero a duras penas los ingresos le dan para llenar un pipote, cuyo costo es de 5 dólares y no todo el tiempo cuentan con dinero para comprar.

Dijo que junto a su hija debe caminar un largo trayecto hasta el río, y si el agua está clara, aprovecha de lavar la ropa y llenar algunos recipientes para el aseo personal. Sin embargo, teme que la niña pueda enfermarse.

La salud en juego

 

 

No existe ningún tipo de garantía de que el agua que consumen los larenses sea de buena calidad, ya que en varios municipios de Lara, las plantas de tratamiento están sin funcionar desde hace algunos años. Por ejemplo, en Carora el agua llega cruda a las comunidades y en muchos sectores se quejan de que la misma llega con mal olor, con un color inusual y hasta con animales.

Expertos en el área de la salud manifiestan que esta situación ha disparado los brotes de parasitosis, amibiasis, diarrea, vómito y demás afecciones estomacales que pueden llegar a desencadenar patologías más severas, ya que mucha del agua usada para el consumo humano es de pozos o represas que a su vez sirven de comederos y bebederos de animales en las zonas rurales.

La doctora Raiza Mujica, médico dermatólogo, expresó que las aguas estancadas y contaminadas tienen mayor cantidad de gérmenes, bien sea parásitos, hongos, bacterias y virus. Es por eso que generan mayor riesgo de cuadros infecciosos en la piel.

La especialista resaltó que parte de esas afecciones de la piel producidas por el uso de esas aguas no tratadas son el impétigo bulloso, erisipela, celulitis o piodermitis, las cuales pueden estar relacionadas con gérmenes en aguas estancadas.

La galeno también señaló como punto resaltante que estas personas no solo corren el riesgo de padecer alguna enfermedad a nivel de la piel o gastrointestinal, sino que también están propensas a padecer otitis por introducirse en aguas contaminadas y, a su vez, esas aguas sirven de lecho para la mayor proliferación de vectores como zancudos, mosquitos y moscas que transmiten el virus del dengue.

El difícil acceso al agua potable puede llevar a la aparición de enfermedades ya erradicadas, y si ocurren contagios a gran escala, el panorama puede llegar a ser poco alentador en medio de la crisis sanitaria que atraviesan los centros de salud pública en el país.

Según el registro llevado en los principales centros de asistencia social del estado Lara, especialmente en los ambulatorios populares, la mayoría de los ingresos en el área pediátrica son por afecciones ligadas a las condiciones en las que habitan los niños.

Es necesario mencionar que en zonas como La Carucieña, El Cercado, Río Claro, entre otras ubicadas al oeste de Barquisimeto, no tienen acceso a los servicios públicos, por lo que sus habitantes están más propensos a padecer alguna enfermedad asociada a la insalubridad y el paupérrimo ambiente donde viven.