Un héroe de nuestro tiempo: Adopta niños con enfermedades terminales

Un héroe de nuestro tiempo: Adopta niños con enfermedades terminales

Cortesía

 

¿Que se considera un acto heroico? Muchas veces creímos encontrar las respuestas en los libros de historia con épicas gestas militares.

Por: Clarín





Pero en el día a día también hay actitudes heroicas. Nunca estarán en esos libros de historia, pero son tan o más inmensas que aquellas. Pequeños gestos que son enormes.

Como el caso de Mohamed Bzeek. un libio de 64 años, residente en Estados Unidos, que se dedica a adoptar a niños con enfermedades terminales que fueron abandonados por sus padres. Su único objetivo es darles amor en los cortos días que les toquen vivir.

Mohamed se trasladó a Estados Unidos en 1978 y en 1989 comenzó su enorme obra. Desde entonces, no ha dejado de adoptar criaturas. “Sé que están enfermos. Sé que van a morir. Hago lo mejor como ser humano y dejó el resto a Dios”, dice.

Desde que decidió llevar esta vida, Mohamed ha tenido que enfrentar la muerte de muchos pequeños. La primera fue en 1991, cuando falleció una nena que fue rociada con pesticidas por su madre biológica.

Mohamed la cuidó durante un año sabiendo que ya no tenía posibilidades de prolongar su existencia. Pero fue un año de enorme amor y entrega para esa criatura.

Otro dolor profundo en su alma fue el de un nene al que cuidó durante dos años, en los que tuvo que internarlo 167 veces por un síndrome que finalmente se llevó al pequeño cuando cumplió los ocho años.

“Sé que están enfermos. Sé que van a morir”

Mohamed recuerda a una pequeña que nació con encefalocele, una enfermedad que no le permitía desarrollarse ni mental ni físicamente. La nena era ciega, sorda, tenía paralizadas las extremidades y sufría convulsiones todos los días.

Y él estuvo a su lado: “Yo sabía que ella no podía oír ni ver, pero siempre le hablaba, siempre estaba sosteniéndola, jugando con ella. Los padres, al abandonarla, no entendieron que tenía sentimientos. Tenía alma. Era un ser humano hermoso, como todos los niños”.

La pediatra jefa del Hospital de Niños de Los Ángeles, Suzanne Roberts, dice que los médicos perdieron la esperanza por la vida de esa niña cuando tenía dos años. Y vivió 10. Dice que la existencia de la pequeña se alargó de manera inexplicable, pero que ello se debió a Mohamed, ya considerado una leyenda en la ciudad californiana.

Mohamed tiene 66 años y por su hogar han pasado decenas de chicos con enfermedades terminales. Se debió a su amor y al desinterés de otros. Es el único de los candidatos del sistema de cuidado de crianza de todo el condado de Los Ángeles que los acepta.

Y la vida no ha sido agraciada con él. Su único hijo biológico, Adam, nació en 1997 con una enfermedad ósea y enanismo. Era un nene tan vulnerable que cambiarle el pañal o las medias podía significar romper sus huesos. Hoy Adam tiene 23 años, es ingeniero informático y es feliz por el padre que tiene.

Los héroes no sólo están en los libros de historia. Hay miles de ellos en la actualidad. Por todo el mundo. Con gestos inmensos que no tienen la difusión que alcanzan el romance de una pareja mediocre de actores, el chisme de una infidelidad, el tatuaje de un famoso o la pelea de verano de dos vedettes.

Mohamed es un héroe. Como los que atienden comedores infantiles, los maestros de frontera, los que se ofrecen de voluntarios para cualquier empresa que signifique ayudar a otro. Héroes de nuestro tiempo. Que no van a estar en los libros de historia.

Mohamed es un libio en Estados Unidos. Un golpe al mentón para aquellos que odian a los inmigrantes.Ojalá haya muchos como él.