Juan Pablo García: ¡Fuerza, Darielvis!

Juan Pablo García: ¡Fuerza, Darielvis!

A Darielvis Sarabia le mataron a su hijo, cuando huía junto a otros venezolanos del infierno de Nicolás Maduro. Desde una embarcación del servicio de guardacostas de Trinidad y Tobago, le dispararon a un humilde peñero donde iban nuestros paisanos. En el peligroso mar, hicieron un uso desproporcionado de la fuerza y ultimaron la vida del niño Yoelvis Santoyo, hijo de Darielvis y, lejos de asumir con absoluta responsabilidad el caso, las autoridades isleñas tratan de taparear a los asesinos. No es posible aceptar el infanticidio.

La huida es de un doble infierno. El país de la catástrofe humanitaria, la represión y la censura, pero también de un estado, como Sucre, reducido a un profundo narco-dominio. No es posible transitar esta entidad federal de punta a punta, si no se pasa por cientos de alcabalas del narcotráfico. Ciudades, pueblos y caseríos, antes humildes pero libres, ahora está sometido a las oscuridades. A las profundas osscuridades del Estado Criminal.

No es posible, pero duele en el alma, que fuercen a declarar a Darielvis, herida de bala, en el más crudo e intenso dolor por la pérdida de su hijo, Yoelvis, en Trinidad. Al momento de escribir esta nota, nadie sabe qué quieren hacer con ella. ¿A dónde piensan deportarla? ¿Cómo puede ser el gobierno trinitario tan inhumano, así? ¿Cómo puede dormir tranquilo Nicolás y su gente, siendo él quien provocó la tragedia, como miles y millones de otras, junto a Hugo Chávez? ¿Qué dicen la ACNUR, la OEA y otras instancias internacionales, ya, ahora mismo? ¿Por qué pasar la página?





Fuerza, Darielvis. ¡Fuerza! ¡Estamos contigo!