Luis Barragán: De la menor universalidad posible

Luis Barragán: De la menor universalidad posible

Luis Barragán @LuisBarraganJ

De los numerosos problemas cultivados y agravados por el régimen, uno de los más sobresalientes es el de la universidad. Por sus nada limitadas consecuencias, garantiza un golpe demoledor a la propia existencia de un país que ha olvidado que también fue concebido en aulas de tres siglos a cuestas, esperando por los eufemismos que le resten cada vez más universalidad.

Insistimos en el asunto, porque poderosas como atrevidas falacias se levantan en el espeso bosque de resignación de nuestras casas de estudios. La abierta complicidad de individualidades y sectores llamados a defenderlas, obliga a un par de precisiones necesarias de reiterar en torno a una nueva ley de universidades y a las elecciones pendientes por un largo tiempo.

En efecto, por una parte, hay quienes fueron devotos consumados del interinato y, ahora, diligencian con la llamada Asamblea Nacional de 2020 la discusión de un proyecto de ley que definitivamente comunalizará la educación superior en Venezuela, en un alarde del más infame oportunismo al que es indiferente el régimen que ya la controla totalmente. Olvidan deliberadamente que la sociedad civil organizada, a través de Aula Abierta, por ejemplo, planteó un proyecto de ley orgánica en la materia que, faltando poco, introdujo la Fracción Parlamentaria 16 de Julio a su debido tiempo, por lo que no pueden argüir sorpresa alguna.





Y, por otra, es tal el control ejercido que hace ociosa la convocatoria a comicios en todas y cada una de las universidades, siendo únicamente factible por la directa rentabilidad económica que pueda reportar la celebración masiva y simultánea para una feria de contrataciones especializadas. Esos funestos diligenciantes muy seguramente están conscientes que tamaña celebración equivaldrá a una plebiscitación del régimen mismo que le permitirá postergar el venidero torneo presidencial de sus formalidades por siempre violentadas.

Les importa un bledo circunscribir el aula venezolana a los exclusivos propósitos e intereses de un régimen tan incompatible con ella: universitas, universitatis, universitas scholarium, devenida universitates militaris, por cierto, negadora de la tan fundamental y definitoria libertad de cátedra para estos centros esencialmente de adiestramiento. Terrible la irresponsabilidad en la que incurren jurando salvar a la universidad con una mano puesta en la biblia, mientras emplean la otra para tocar la puerta de todas las humillaciones: sólo salvarse ellos mismos, es la consigna.