“Desde que Maduro agarró el poder, no salió más agua por las tuberías”: las penurias de los vecinos de Los Pinos en Maturín

“Desde que Maduro agarró el poder, no salió más agua por las tuberías”: las penurias de los vecinos de Los Pinos en Maturín

 

 





 

 

Falta de agua, inseguridad, calles en mal estado, falta de luminarias y fallas en la recolección de desechos sólidos, es parte de lo que padecen habitantes del sector Los Pinos de Maturín. Los ciudadanos denuncian que esta zona de la ciudad se encuentra olvidada por los entes chavistas, que solo se acuerdan cuando hay elecciones.

Por: Corresponsalía lapatilla.com

La escasez de agua data desde el año 2013 afirman los vecinos. Señalaron que desde entonces ni aire sale por las tuberías. Solo la parte más baja es la única donde llega agua, pero de manera irregular, mientras que en la parte alta los residentes deben caminar varias cuadras cargando botellones y otros recipientes para abastecerse.

“Aquí padecemos muchísimo por la falta de agua. Desde que Maduro agarró el poder y la exgobernadora Yelitze Santaella, no salió más agua por las tuberías. A diario hay que hacer varios viajes para uno proveerse, y ya son más de 10 años soportando esta situación. En el preescolar no llega nada de agua, la parte baja tenía ocho días sin suministro. Hay que llamar para que venga una cisterna y puedan surtirse”, dijo Yadira Córdova.

 

 

Gabriela Hernández otra vecina de la zona, manifestó que un desborde de aguas servidas afecta a muchas familias. Los malos olores, las moscas, los gusanos y toda clase se alimañas proliferan por el colapso de las cloacas.

“Ese bote de aguas negras tiene años y hemos hechos muchos llamados a Aguas de Monagas y nada que le paran. Hay niños que se han enfermado de la piel y de infecciones respiratorias por eso mismo. Uno también corre el riesgo de enfermarse”, dijo Hernández.

Renzo Flores otro de los residentes. Contó que la inseguridad está desatada y el patrullaje brilla por su ausencia. En motos, los delincuentes aprovechan para cometer sus fechorías, especialmente en las mañanas cuando la gente sale a laborar.