Niñas migrantes están expuestas a más peligros durante su trayecto a EEUU

Niñas migrantes están expuestas a más peligros durante su trayecto a EEUU

Foto: EFE/María de la Luz Ascencio/ Archivo.

 

Las niñas migrantes, especialmente aquellas que viajan solas, enfrentan graves peligros en su ruta hacia Estados Unidos como las violaciones, los abusos y la trata de personas, una tragedia que las organizaciones no gubernamentales buscan atender para dar una vida sin violencia a las menores de edad.

Por Infobae





“Mi país está lleno de pandillas y son peligrosas, porque andan matando. E incluso un muchacho nos quería golpear”, cuenta este viernes a Efe María, una niña salvadoreña de 11 años que utiliza este nombre ficticio por seguridad y es atendida por la ONG Plan International.

Acompañada de su madre, la menor emprendió hace semanas un viaje desde El Salvador hasta llegar a la ciudad de Tapachula, en México, un punto intermedio antes de arribar a la frontera norte y, si se cumplen sus sueños, cruzar a Estados Unidos.

La región vive una ola migratoria de grandes dimensiones desde 2018, cuando salieron decenas de miles de personas en caravana desde Centroamérica hacia Estados Unidos, en un flujo hacia el norte que, pese a los intentos por controlar la problemática, no ha cesado.

México deportó a más de 114 mil extranjeros en 2021, de acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación.

Además, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió un récord de 131.448 solicitudes de refugio en 2021. De estos peticionarios, más de 51 mil son haitianos.

Una dura travesía

Para María, el viaje fue todavía más complicado porque lo hizo solamente con su progenitora.

Con parcas palabras, fruto de la edad y también de la difícil experiencia, la niña explicó entre lágrimas que durante la ruta corrieron peligros y ella, por ejemplo, tuvo mucho miedo cuando caminando por las vías del tren durante varias jornadas escuchó ruidos que no sabía interpretar.

La madre de la niña, Ana (nombre ficticio), explicó que huyeron de su país por las pandillas, que les arrebataron incluso el poco patrimonio que tenían.

Sin decirle a nadie, salieron de su país caminando y de manera clandestina.

“Nos llevó alrededor de unos 15 días nuestra travesía, pero lo esencial era cuidar a mi hija y llevarla a un lugar seguro”, explicó la mujer.

Todavía asustada por la delincuencia en su país, relató que incluso llegando a México temieron por las pandillas.

Tras cruzar la frontera con Guatemala, llegaron a una pequeña comunidad mexicana y ahí, como un reflejo de estos peligros, se apartaron de la ruta principal porque vieron a gente consumir “drogas”.

Nos recomendaron “ir al monte y gracias a Dios nos encontramos una persona que nos ofreció un lugar donde pasar la noche, y al día siguiente nos fuimos a un albergue”, relató la mujer.

Como la mayoría de padres y madres que emprenden la ruta acompañados de sus menores, el fin último es lograr una mejor vida: “Mi sueño es ver a mi hija triunfar, porque estamos en un país (México) que da oportunidades si uno las busca. Porque en nuestro país no se tiene eso por todas las pandillas”.

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