Abraham Sequeda: Venezuela, un problema de seguridad

Abraham Sequeda: Venezuela, un problema de seguridad

Para los venezolanos, el valor, el significado de ser libre, que es existir y hacer como ser humano, disfrutar el presente y planificar el futuro es casi imposible. Las teorías que se refieren a la felicidad, sostienen que esta solo depende de una condición mental; en Venezuela eso pierde mucha vigencia, cuando en el medio ambiente cada individuo dentro de la estructura de sociedad, no tiene lo que en forma general se describe como seguridad.

El término “seguridad” ha alcanzado niveles superiores, y se conoce constitucionalmente como seguridad de la nación. Seguridad es tener un documento de propiedad, poder asistir a un centro de salud o tener un cupo en una institución educativa, también es dedicarse al trabajo o actividad económica determinada, no temer a ser robado en la calle, en una travesía por las carreteras venezolanas o sufrir de un hurto en su casa. Lo anterior no está directamente relacionado a que existan más o menos cuerpos policiales o cárceles.

Esta seguridad significa, por otra parte, evitar que fuerzas militares, subversivas o irregulares entren al país. La seguridad de la nación es todo eso y más. Es una condición que resulta de que toda la estructura de la sociedad y normas permitan, sin más requisitos, la libertad (movimiento, satisfacción y tranquilidad) a toda prueba.





Y es aquí, sin la intención de hacer elaboraciones conceptuales (que ya existen), donde el liberalismo político promueve la seguridad que se ha descrito y la que se necesita con urgencia. La economía libre, la propiedad, la democracia y el estado de derecho, se generan y operan, nacen y florecen con la seguridad que ofrece el liberalismo político.

A partir de aquí, es que las sociedades libres afianzan su seguridad en el Estado Liberal, como ya se sabe, dedicados solo y exclusivamente a tres funciones básicas: Defensa, Leyes y Tribunales, y Servicios Públicos (tanto los administrados directamente por el Estado o los regulados por este y administrados por la Empresa Privada).

¿Qué es lo importante de todo esto?: es reconocer que tanto el territorio como el Estado fueron infiltrados por grupos subversivos (aspecto negativo) y también vislumbrar, que aún con una estructura perdida, no es el fin (aspecto positivo).

Los ciudadanos (sociedad civil) no están atados a procedimiento ni obligaciones (más allá de sus deberes y derechos), para los que sí están los funcionarios del Estado. Y es que al decidirse vivir en una democracia constitucional, esa sociedad civil para construir y dar sentido en la práctica al concepto de “seguridad”, debe garantizar el equilibrio (en contrapartida del Estado), siendo claramente y abiertamente los impulsores entre otras cosas de la justicia (acción apegada a la norma jurídica) para satisfacer las necesidades del ser humano venezolano.